lunes, 14 de febrero de 2011

Sábado sangriento

Iba yo puntual como un relojito suízo en mis preparativos de sábado. Estaba ya vestida y arreglada frente al espejo en el momento control de calidad, cuando descubrí un pelillo milimétrico y traidor en una axila.
Era tan ridículo como los platos de un restaurante de Nouvelle Cuisine, pero hasta los monos del Amazonas son sabedores de mi neurosis... así que me apresuré a coger una maquinilla que tengo para este tipo de emergencias.

La cosa presumía sencilla.
Ya.
Cojo la maquinilla, retiro la tapa y... ¡Uich!
Una gota de sangre se precipita desde mi dedo gordo hasta mis zapatos.
Miro con disgusto la gota entrometida sobre la punta de mis Pura López...
¡Qué disgusto! era granate, lo juro... y yo que pensaba que sería azul... ¡rosa como mínimo!... y veo caer otra, y otra...
¡Horror! Le había sacado un buen filete a mi pulgar y allí había más sangre que en una peli de Tarantino.

¡Maldición! ¡Iba a morir sin haber ganado la lotería ni nada! ¡ni siquiera he escrito un libro, ni comprado un Oscar de la Renta, ni ido a Bora-Bora!
Corro por todo el pasillo con el dedo chorreante intentando pensar.
No podía morir sin haber hecho nada importante por la humanidad. Tenía que salvar mi vida.
Marco el teléfono de las emergencias gordas:
- Mamiiiii
- ¿Qué te pasa?- Oigo ruído de fondo y a mi padre preguntando quién llama. Mi madre está en un bar ¿Cómo es que mis padres salen más que yo... y ya es decir?-
- Mami. No te asustes. Me he cortado un dedo y sangro mucho. Muchísimo. Esto no para de chorrear. No quiero morir.
- No me asusto- (¿Por qué no? Tu hijita está herida de muerte
¡Finge un poco de preocupación al menos!)- Aprieta fuerte con una gasa, aplícale hielo y levanta el dedo por encima de la cabeza para que pare de sangrar. Después le pones un apósito de los finitos.

Mi madre tiene un aplomo impresionante. Yo al borde de la muerte y ella tranquilamente de vinos.
Tomo nota. Si esto deriva en un trauma de los graves que no se venga quejando.

Me voy corriendo al congelador y sigo paso a paso las instrucciones maternas. Lloro un poco de pura angustia y llamo a Alegre Kitty para advertirle que llegaré tarde.
Me quedo un buen rato con el dedo en alto y apretando contra un hielo y me alegro de vivir sola porque debo de tener una pinta un poco ridícula.
Estoy cansada de jugar a la estatua de la libertad y pruebo a poner un apósito para poder irme a cenar.
¡Maldición! ¡Más sangre!
Vuelvo a coger otro hielo y recupero la postura de alumna sabionda mirando de reojo al móvil.
Soy impaciente por naturaleza, así que cojo otro apósito, se lo pego muy apretadillo para que pare de sangrar... y me voy a cenar.

Ceno con las niñas sin quitarle el ojo de encima al dedo amortajado. Sólo por un momento descubro que la sangre baja de la uña, y vuelvo a ponerle un parche.

Con una capiroska de fresa de La Cavita, todo se ve mucho mejor. Me alegro un montón de no ir a morir.
Después del bacardilimónconcola me olvido del asunto.
Nos lo pasamos bomba con todos los espontáneos que van entrando en escena. Las niñas se van, y yo me quedo cerrando bares con Peterpan.

Al llegar a casa se me ocurre ser una buena anfitriona para variar, y pongo musiquita buena y enciendo velas.
Peterpan está encantado. Yo canturreando satisfecha.

Me descalzo y alejo de mí los zapatos.
Mi pie desnudo topa en el suelo con algo raro.
Miro abajo.
El apósito hecho un gurruño y en el suelo hay gotas de sangre.
Miro el dedo, desde el que baja un chorretón por todo el brazo.
¡Maldición! ¡Sangre en mi vestido!
... y en la camiseta de Peterpan.
Jo.

4 comentarios:

  1. Sí, yo creo que sí, que tu madre tenía que haber dejado a sus amigos para ir corriendo a tu casa para ¡darte con algo en la cabeza! y así evitar la muerte lenta y agónica que pasaste.
    Menos mal que los años de convivencia me curaron de espanto.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡y qué bien que te lo pasabas conmigo!! Yo te alegraba todas las mañanas. Jjajja...

    Sangré mogollón, Hermanilla, hasta el lunes incluso, que se volvió a abrir... ¡¡un sustoooo!!

    ResponderEliminar
  3. Ya sé lo que te pasó en el dedo! jajajaja


    Soy un gran espía

    ResponderEliminar
  4. jajaja ¡¡pero si es mi blog supersecreto! jajaja

    Observación megaimportante: Peterpan no tiene nada que ver con la lluvia ni nada jaja

    ResponderEliminar