tag:blogger.com,1999:blog-43971455090940214142024-02-06T21:21:38.898-08:00Que Dior me coja confesadaUnknownnoreply@blogger.comBlogger65125tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-21206514291689140242012-11-14T15:47:00.001-08:002012-11-14T15:49:42.617-08:00Resistencia pacífica en los baresDesapruebo cualquier cosa que me impida campar a mis anchas por tiendas o bares, por lo que las huelgas me parecen una pesadez... con independencia de que pienso que no sirven de nada excepto para que los sindicatos y los políticos tengan otra ocasión de demostrar su falta de sentido común en los informativos.<br />
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Como ya había asumido que hoy para trabajar tendría que convertir mi casa en una suerte de taller clandestino unipersonal, me pareció una excelente idea ir a tomar algo con <b>Alegre Kitty</b> y <b>La Mítica</b>. Ingenuamente habían planeado pedirse unas cañas y retirarse a las 12, en plan cenicientas proletarias... pero yo insistí en picar unos chipironcitos para ayudar a asumir las copas que era obvio que vendrían después. Y menos mal.<br />
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Nunca he entendido por qué la gente se empeña en sudar a chorretones en el gimnasio cuando podrían buscarse unas amigas que te hacen reír hasta que no te queda ningún abdominal sin ejercitar. Es mucho más divertido y bastante menos deshonroso.<br />
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Tanto nos reímos que pasaron los piquetes y nosotras estábamos aún dentro de una vinoteca tratando de no caernos de las sillas por las carcajadas. Fue entonces cuando nos acordamos de lo de la huelga y decidimos salir a ver cómo estaba de animado aquello... pero sólo encontramos dos docenas de niñatos agitando banderas como si fuesen a un koljós y hubiesen aparecido en el desfile del cuatro de Julio.<br />
Nosotros salíamos de la vinoteca, y como estábamos muertas de risa no entendimos muy bien qué farfullaba repetidamente el post-adolescente del megáfono, así que Alegre Kitty se acercó a él y le preguntó educadamente:<br />
<br />
<i>- ¿Qué dices? ¿Que tenemos que hacer qué?</i><br />
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Según mi experiencia personal la gente de las procesiones tiene graves problemas de tránsito intestinal. Deberían hacerle caso a José Coronado y tomar alguno de esos yogures, a ver si les mejora la regularidad y el sentido del humor.<br />
<br />
Como vimos que no agradecían nuestro interés, decidimos continuar de copas.<br />
El problema fue que aquellos aprendices de bolcheviques habían dejado cerrados todos los bares a su paso, igualito que la peste en el siglo XIV.<br />
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Fuimos a un local que nos dijeron que estaría abierto y, aunque estaba lleno de gente, el tío de la puerta intentó fingir que estaban cerrando.<br />
- <i>¿Cómo no nos vas a dejar entrar?</i>- le dije señalando a mis amigas - <i>¿no ves que es La Mítica?</i><br />
-<i> Y ella te dejará un enorme hueco cuando se vaya</i>- apostilló La Mítica señalándome<br />
- <i>Pues yo soy la fácil</i>- añadió Alegre Kitty con una sonrisa<br />
<br />
Y nos dejaron pasar, claro.<br />
Lo que pasó fue que al camarero se le subió a la cabeza la canción de los Secretos y se puso chulo porque creyó estar detrás de la barra del único bar que vimos abierto... así que fuimos a recoger el coche para irnos al centro.<br />
De camino al parking pasamos por la comisaría y vimos a varios policías aburridos, y como somos la mar de majas les hicimos señas para que saliesen. Alegre Kitty estaba en racha:<br />
-<i> Oye, venimos de la zona vieja y los piquetes han cerrado todos los bares</i>- se quejó al amable agente que salió a ver qué queríamos<br />
- Imagino, pero no podemos hacer nada - se excusó él<br />
-<i> Ya... pero ahí dentro ¿no tendrás una maquinita de esas de moneditas?</i><br />
- Nooo<br />
- <i>Pues queremos tomar algo y está todo cerrado. Venimos de Asturias ¿Seguro que no tenéis ahí una de esas maquinitas de moneditas?</i><br />
- Que no, seguro<br />
Alegre Kitty lo miró de arriba a abajo<br />
- <i>Cueeeerpo nacional de policía... ¿tenéis porra?</i><br />
- Dos - Hay que reconocer que el tipo tenía paciencia<br />
- <i>¿y ahí dentro no tendréis una habitacioncita?</i><br />
- ¿Una habitación? No<br />
-<i> ¿Cómo que no? ¿Y si detenéis a alguien a dónde lo lleváis?</i><br />
- Al calabozo<br />
- <i>¿Hace frío en el calabozo?</i><br />
El policía se encogió de hombros<br />
- Creo que no<br />
Alegre Kitty juntó las manos y se las tendió<br />
<i>- ¡¡Espósame entonces!!</i><br />
<br />
La Mítica y yo no podíamos parar de reír, pero ella aún no había dado por concluida la conversación. Miró el coche patrulla que estaba aparcado frente a la comisaría.<br />
<br />
- <i>Mmm... Un citroën... eso tiene pinta de tener una neverita</i><br />
- Que nooo<br />
- <i>¿Y no tenéis en la comisaría una de esas maquinitas de moneditas?</i><br />
- ¿Otra vez? ¡que no!!<br />
- <i>¡Es que tenemos sed!!</i><br />
Ahí nos la llevamos, porque empezábamos a vernos comprobando con ella si en el calabozo hacía frío.<br />
<br />
Subimos al coche de La Mítica y volvimos a pasar por la comisaría... y allí estaba el amable agente con sus pacientes compañeros. Alegre Kitty bajó la ventanilla.<br />
- <i>¡¡Ehhh!! ¿Sería tan amable de indicarnos dónde podemos encontrar algún bar que esté abierto?</i><br />
El policía se acercó y le indicó el cruce que teníamos delante<br />
-¿Veis esa rotonda?<br />
<i>- Si</i><br />
-Pues la cogéis a la derecha y como a 50 kilómetros está Otra Ciudad.<br />
<br />
Mítica aceleró rumbo al centro a pesar de las protestas de Alegre Kitty, y encontramos abierto el típico bar con paredes negras y lámparas de cristales.<br />
Tomamos la última y al salir, mi inspirada amiga decidió quejarse porque no tenían la cerveza que a ella le gusta. El camarero se disculpó.<br />
- No le protestes a él- le dije señalándole al propietario del pub- discútelo con él, que es el jefe<br />
El dueño del bar se acercó más hinchado que un pavo<br />
- ¿Qué se os ofrece?<br />
- <i>¿Tú eres el jefe?</i> - le preguntó Alegre Kitty observándolo<br />
- Psiii... algo así- sonrió él henchido de satisfacción<br />
Ella lo miró de pies a cabeza<br />
- <i>Pues ahora ya me gustas más</i><br />
<br />
Nos la llevamos de vuelta al coche mientras ella seguía diciéndole que tuviese allí su cerveza:<br />
- <i>¡Compra un pack de seis!</i>- le gritó<br />
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Estoy por ir hasta allí un día para ver si hizo caso de su sugerencia.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-79993967636037662142012-10-05T01:57:00.000-07:002012-11-14T15:49:20.024-08:00Esplendor sobre el cemento<b>Pequeña Gran Jefa</b> me sorprendió el otro día proponiéndome que la acompañase al mercadillo. Aunque la ceja derecha se me arqueó contestona acepté sin rechistar porque siempre me río mucho con ella y además dicen que es bueno probar cosas nuevas.<br />
¡Ja!<br />
Nunca te fíes de las cosas que se dicen por ahí de manera anónima. De ser cierto, seguro que los de la Universidad de Massachussets hubiesen hecho algún estudio para que Danone nos acabase vendiendo algo.<br />
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Hasta los monos del Amazonas saben que los mercadillos me dan un poco de repelús por aquello de la higiene y tal. Además, yo soy muy de mis comodidades y en las tiendas me siento como en casa.<br />
Mi única experiencia al respecto se limita a los que visito <a href="http://quediormecojaconfesada.blogspot.com.es/2009/06/vengo-relajada-y-desenmohecida-de.html">cuando viajo</a>, pero nunca me he atrevido a comprarme nada porque no me gustan las cosas que estén bajo sospecha de haber sido toqueteadas por alguien ajeno a mi. Tampoco las personas, para ser francos.<br />
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No es que sea una gran experta, eso está claro, pero yo ya sospechaba que en ASV no hay mercadillos <i>trendy</i> como <b>Old Spitafields,</b> ni que queden bonitos para las fotos como el de las <b>Pulgas</b> o el <b>Mercato Nuovo</b>, y esa mañana se hicieron realidad mis peores sospechas.<br />
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En ASV no hay un bonito mercadillo en la zona antigua con piezas <i>vintage</i> y artesanía... No: Hay una explanada en la que podría aterrizar la nave de encuentros en la tercera fase llena de puestos regentados por los protagonistas de callejeros cuando se endomingan.<br />
Porque mira que se curran los estilismos, que yo he visto edificios con menos cemento que el que hace falta para sostener algunos de los intrincados peinados que allí se exhiben.<br />
El mercadillo tiene un código de vestuario más estricto que el de la Gala de entrega de los Nobel. Distinto, sí, pero al milímetro.<br />
Por lo visto es de rigor la yuxtaposición de marcas tales como Dolche y Guanche, Toni Hilfinge o Armami. Cuanto más grandes los logos, mejor.<br />
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Tampoco se puede obviar el tamaño de las prendas: aquí menos es más. Hablo de la cantidad de tela, claro. No importa que la cazadora de polipiel les corte la respiración o que el largo de la falda permita hacer un estudio sobre la incidencia de la depilación brasileña en la población.<br />
Yo esto del apretaíllo lo veo muy cómodo, porque en caso de que se hagan un corte que sangre mucho ya se ahorran lo de hacerse un torniquete.<br />
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La verdad es que allí no había nada de lo que yo había imaginado, pero había un montón de cosas que ni siquiera podría imaginar.<br />
Prendas de colores tan estridentes que no haría falta el chaleco reflectante si un día se te queda parado el coche y tienes que bajarte del coche. Muy práctico, oye.<br />
Bolsos de todos los tamaños y formas del perrillo que siempre va con prisa, medias por 4 euros como para pasarte el invierno sin poner una lavadora ... aunque nadie te garantiza que esos tejidos radioactivos no te vayan a necrosar las piernas.<br />
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Y en medio de todo aquello, el tesoro de Ali Babá: un puesto de bisutería de tan buen gusto que resultaba tan chocante como ver a Grace Kelly descargando pescado en un puerto. <b>Pequeña Gran Jefa</b> preguntó por unos pendientes en oro mate a la responsable de todo aquel brillerío y ella negó con la cabeza.<br />
<br />
- Yo se los vendo encantada, pero lo que se lleva ahora es el oro brillante como éste que sacó Chopard en la alfombra roja de los globos de oro- dijo mostrando unos pendientes labrados- o estos que son como los de Bulgari.<br />
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Creo que me di cuenta de lo abierta que tenía la boca cuando la barbilla me rozó el suelo al oír los argumentos de aquella gitana en mitad de todo aquel "venga que me lo sacan de las manos" y "que lo tengo regalado".<br />
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- <i>La señora tiene razón</i> - le dije a Pequeña Gran Jefa- <i>el oro mate está completamente demodé</i>.<br />
- Lo que le pasa a ella es que aún no se ve con el oro brillante, a pesar de que es tendencia desde hace dos temporadas... Ya me lo vendrá a pedir cuando se lo vea a otras.<br />
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Casi le hago una reverencia a aquella mujer y a su lógica aplastante... En parte por lo acertado de sus razonamientos, y en parte porque la jefa me empujó literalmente a comprarle una bangle esmaltada muy bonita (sobre oro brillante, claro) y por poco me dejo los dientes en el asfalto.<br />
<br />
Dejamos aquel pozo de sabiduría y comenzamos nuestro camino de regreso cuando una voz estridente nos sobresaltó:<br />
- ¡La de la que sabe se aprovecha, niña! La faja que lleva Beyoncé en su última gira.<br />
Una mujer oronda blandía unos pantalones reductores en color carne junto a una foto de la cantante con la falda al vuelo.<br />
Me alegré horrores de no ser famosa para que mi culo no formase parte de la inspiración de todas aquellas señoras cuando se compran una bragafaja.<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-3689087087875053912012-10-02T18:24:00.000-07:002012-10-02T18:24:18.185-07:00El único retorno molón es el del JediTelepolvo se piensa que soy su chica Boomerang. Cada vez que rompe con alguna novia le saca brillo a su dialéctica de conquistador e intenta que me trague alguno de sus cuentos chinos para niñas del japón. Digo yo que éste ha debido de ver muchas películas de esas que ponen en Antena 3 después de comer.<br />
<br />
Así llevamos muchos años: él insiste, yo le digo que no. Él finge que le importa y yo finjo que me lo creo.<br />
Luego él acaba conociendo a alguna chica, sale con ella dos años y luego volvemos a empezar. Y tan amigos.<br />
<br />
El otro día fuimos a ver <i>Madame Butterfly</i> porque él es eso a lo que llaman "un gran melómano" (aunque a mi me suena a insulto de los gordos) y se recorre toda Europa en plan <i>groupie</i> de la ópera.<br />
Yo no debo de ser una persona nada sofisticada, porque a mi eso me parece tan cansado y tonto como los que van siguiendo a David Bisbal. Vale que en el descanso de las óperas te ponen cava... pero yo siempre encuentro cosas mejores en las que emplear mi tiempo antes que en coger 6 aviones en 4 días para ver 3 representaciones en 3 países diferentes.<br />
<br />
Esta vez no estaba Ryanair de por medio y yo me apunto a casi cualquier cosa que me permita ponerme unas sandalias con plumas, así que le cedí la tarde del domingo al drama ajeno.<br />
Lo más guay de estas cosas es que entramos por la entrada de artistas, que me va al pelo porque me permite fisgar y decirles a todos los que van pintarrajeados "mucha mierda" como si yo supiese quién es éste o aquél. Como se despisten un día me cuelo en el escenario, que a mi esto de husmear un día me va a traer un disgusto.<br />
<br />
Las óperas son más largas que la niñez de Heidi. Como me las dejasen a mí les metía una tijera que se iba a reír De Guindos: sólo dejaba las arias bonitas y lo que viene siendo el nudo y desenlace de toda la vida. Ni introducción ni paparruchas.<br />
<br />
Puede que influya que a mí los únicos dramas que me van son los míos propios, y por eso al ver a aquella mujer sufriendo tanto porque un marido al que a penas conocía se va a América y la deja 3 años sin mandarle un mísero guasap ni nada, sólo me da ganas de bajar al escenario y darle una colleja. Que yo puedo entender que en aquella época no había "Hay una cosa que te quiero decir" para que el hijo emulase a Marco... pero yo no le veo la lógica a que, cuando él vuelve, casado con otra, y descubre que es padre se le ocurra que lo mejor es llevárselo para que lo cuide la americana sacándoselo a su legítima madre. Y ni pensión de alimentos ni adjudicación de vivienda habitual ni nada.<br />
Ella no se va a buscar un abogado, ni lo mata y asesina... sino que decide suicidarse para evitar que el hijo tenga que mandarle muchas cartas desde los Estados Unidos que le son muy caros los sellos.<br />
Total, que una vez que vi que aquella mujer lo que tenía era una anuptafobia que no la iba a llevar por buen camino, también me di cuenta que había otra persona que debía de estar tan aburrida como yo: el tipo de los platillos.<br />
Me dio mucha pena. Mientras el resto de la orquesta tocaban los violines o instrumentos serios, él tenía que estar arrepintiéndose muchísimo del día en que escogió su trabajo.<br />
Imagino la bronca que le echaría su madre por no haber buscado otro instrumento que le luciese más en las comidas familiares... porque no es lo mismo chulear delante de las amigas de que tu hijo es pianista, que puedes obligarlo a que toque en la boda de una prima segunda. Eso no lo puedes hacer si toca los platillos:<br />
-<i> Fulanita ¿aceptas a Menganito por tu legítimo esposo?</i><br />
(y el primo de los platillos: Chaaaaan)<br />
<i>- Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre</i><br />
(Tachaaaaaan!)<br />
<br />
Fijo que el cura se mosquea.<br />
<br />
A lo que iba, que me disperso: que me dio mucha lástima verlo allí sin nada que hacer. El pobre se había puesto todo elegante para nada, porque además al estar en el foso tampoco le lucía el traje nada.<br />
A lo mejor era un vago, pero incluso así me pareció terrible tener que estar allí todas esas horas oyendo la misma ópera en bucle día tras día.<br />
<br />
Total, que al fin se suicidó la Madame Butterfly y nosotros pudimos irnos a cenar.<br />
Como eran las mil, acabamos en uno de los restaurantes a los que va todo el mundo al salir de la ópera... y aparecieron los de la orquesta. El chico de los platillos estaba aún más guapo de sport.<br />
Mientras Telepolvo comentaba cosas sesudas con el director artístico, yo ronroneé como una gatita hasta que se acercó.<br />
Le ofrecí la más radiante de mis sonrisas y mentí como una bellaca acerca de lo que me había gustado. A pesar de no tener buen ojo para escoger los trabajos era encantador.<br />
<br />
Telepolvo nos interrumpió: teníamos que irnos.<br />
- <i>¡Ah!... has venido con tu novio..</i>.- dijo él<br />
- Noooooo ¡Sólo somos amigos! - sólo me faltó decirle que no había visto a aquel fulano en mi vida.<br />
- <i>Pues si quieres venir a otra representación puedo conseguirte entradas.</i><br />
- Ya... gracias, pero no soy muy de repetir.<br />
-<i> Bueno, pero puedes venir cuando cambiemos de obra..</i>. - aclaró él bastante ojiplático.<br />
- En realidad al que le gusta la música clásica es a mi amigo. Yo soy<i> indie</i> de toda la vida.<br />
- <i>Pues vamos a ver un concierto de un grupo que te guste a ti, si prefieres</i><br />
- Es que me tengo que ir, que mañana es lunes.<br />
<br />
Y me fui dejándole con la boca más abierta que uno de aquellos platillos.<br />
<br />
Telepolvo estuvo callado hasta que llegamos al coche:<br />
<br />
- <i>Oye, sabes que estaba intentando pedirte el teléfono para quedar otro día ¿no?</i>- preguntó al cabo de un rato<br />
- ¡claro!<br />
- <i>¿Y por qué no se lo has dado?</i>- quiso saber.<br />
- Toca los platillos ¡Imagínate que se trae el trabajo a casa!<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-35644524604360492592012-09-28T09:53:00.000-07:002012-09-28T09:53:08.871-07:00Nunca vayas de compras con tus padres<br />
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Realmente es un fastidio no tener los superpoderes de Spiderman, porque los inconvenientes ya me vienen de serie. Mi familia es como una tela de araña: te enredan, te enganchan y sin saber cómo te quedas ahí pegado en sus bonitos y confortables hilos brillantes.<br />
<br />
Tengo que tener mucho cuidado en dosificar mis visitas, porque si por <strong>Viejo Pachanga</strong> fuese yo viviría debajo de su alita, y no sola en plan Juan Palomo, que es lo que dicta la lógica de la buenas relaciones familiares.<br />
Al pobre Pachanga se le junta el síndrome de <em>Nido Vacío</em> que debería haber tenido mi<strong> Mami de Toda la Vida</strong>, y la extendida idea de que sólo una vez que estás casado y/o tienes hijos "tienes tu vida".<br />
Yo no me había dado cuenta de que estaba muerta, vaya... para mi que no sólo respiro, sino que me late el corazoncillo bastante fuerte y tengo actividad suficiente como para llenarle dos veces la agenda a cualquier ministro... Pero no... Viejo Pachanga insiste en que debería volver al nido paterno "hasta que tenga mi vida". Cualquier día me da un susto la Anne Germain intentando contactar con mi espíritu.<br />
<br />
Eso de no tener vida implica que de vez en cuando tocan recados en plan familiaunidajamásserávencida. Viejo Pachanga se aburre de tiendas más que Penélope Cruz en una biblioteca, pero se siente marginado si no lo llevamos. Hemos intentado convencerle de que es mejor para la paz mundial que no venga... pero da mucha penilla cuando nos pone esa cara de "claro, como sólo he tenido hijas, hacéis una conspiración mujeril contra mí"... y acabamos picando.<br />
En esta ocasión estaba particularmente animado porque íbamos a comprar cosas de bebeses y él enseguida se puso los galones de abuelo para anunciar triunfal: <br />
- Ah, muy bien. De eso yo también puedo opinar.<br />
<br />
Ja.<br />
Pobre.<br />
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Sólo había que comprar un regalito para el nieto de uno de sus amigos. Un puro trámite, porque de lo que se trata es de fingir que escoges algo en La Cadena del Banderín Verde para que te den un ticket de regalo y ellos puedan cambiarlo con total tranquilidad y en el más absoluto anonimato.<br />
<br />
Pero Viejo Pachanga se emocionó tanto con su recién adquirido estatus de experto en nietos que nos tuvo infinitas horas desentrañando los misterios de los docemil tipos de antivuelcos para cunitas con sus millones de posibilidades de funciones, diseños, materiales, texturas y colores.<br />
Cada vez que voy a una de esas tiendas me pregunto qué azar milagroso hizo que yo sobreviviera a todos los peligros que acechan a los bebeses sin que se hubiesen inventado todos esos artilugios. No sé cómo puedo desenvolverme en este mundo cruel ¡y hasta leer y escribir! sin que mi ignorante madre pusiese en práctica los actuales métodos de motivación y estimulación.<br />
Puro churro, supongo.<br />
<br />
Cuando, al fin, terminó una comparativa digna del Instituto de Consumo y escogimos un modelo que tenía un osito y un cachivache que graba la voz de la emocionada madre para que, presuntamente, el bebé concilie mejor el sueño... se lo enseñamos al pobre Viejo Pachanga, que estaba al borde de la catalepsia.<br />
Él fingió opinar, y nosotras fingimos que lo teníamos en cuenta. Todos felices.<br />
<br />
No habíamos ni abandonado el departamento de niños cuando Mami se encontró a una compañera de trabajo. Lo que pensé que era un cortés saludo se transformó en un debate sobre las ventajas e inconvenientes de la jubilación. Hay tantos argumentos a favor y en contra que tuve tiempo de subir dos plantas, probarme 3 vestidos en French Connection y volver a bajar sin que ellos dieran por terminado el simposium.<br />
<br />
Luego se encontraron a unos amigos con los que hacen senderismo. Con ellos abordaron el apasionante tema del futuro. Ojalá fuese en plan Aramis Fuster, que al menos le miras al pelo y te echas unas risas, pero no. Ellos hablaban de lo negro que tenemos el futuro "esta generación" mientras me señalaban como si fuese de cartón piedra. Y no me extraña porque a esas alturas sentía las piernas menos que Rambo. Probé a apoyarme alternativamente sobre una y otra mientras le lanzaba miraditas a mis padres, pero ellos han debido de estudiar en el mismo sitio que los camareros de los pubs, que controlan perfectamente el arte de no cruzarse nunca la mirada contigo para evitar que puedas pedirles nada.<br />
<br />
Cuando logré arrancarlos de ahí y me sentía como Willy cuando estaban a punto de liberarlo... nos encontramos con Natalia y su madre.<br />
Resulta que Natalia, aquella niña de cuyo cumpleños saqué <a href="http://quediormecojaconfesada.blogspot.com.es/2010/01/el-pollito-maquinero.html">mi pollito restaurado</a>, ahora es madre.<br />
Natalia es madre, y su madre una recién jubilada atravesando una crisis idéntica a la de la primera señora que nos encontramos.<br />
En los primeros compases empecé a sospechar que ya me conocía la melodía... y para cuando llegó el estribillo perdí la paciencia y la compostura.<br />
Obligué a mi padre a comprometerse a llamarla para darle un curso personalizado sobre la vida después de la jubilación y a presentarle a la compañera de Mami para que compartiesen experiencias y ánimos mientras arrancaba a mis progenitores de aquel vórtice de vibraciones jubiletas.<br />
<br />
Empiezo a sospechar que hay gente que va a la Cadena del Banderín Verde como otros vamos a los bares. Voy a escribirles para que pongan, al menos, una barra por planta... a ver si eso me ayuda a ejercer de hija de mis padres con incontinencia verbal .<br />
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Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-36774765011608538942012-09-25T17:00:00.006-07:002012-09-25T17:00:56.084-07:00Érase una vez... Cuento sin Príncipe Azul ni perdices al finalEste post debería empezar con un "Hace muchos años, en un reino muy, muy lejano..." porque hace milenios que ocurrió, pero como la vida es una tómbola, precisamente estos días ha venido muy a cuento esta anécdota.<br />
<br />
Cuando el <b>Principito</b> se marchó a su Planeta yo atravesé una temporada tumultuosa. <b>Cary Grant</b> le llama la "época mala", yo la divertida... pero no siempre nos ponemos de acuerdo en todo.<br />
<br />
Cuando a una le roban el corazón, se lo hacen confeti y se lo tiran al mar para que nunca pueda reunir de nuevo todos los trocitos, una de las muchas cosas que tiene que hacer, además de meterse entre los brazos de sus amigos, es ir a cortarse el pelo.<br />
<br />
Hace muchos años que mi peluquero lo es. Llevamos una vida entera de tira y afloja, porque él es un modenno de la vida, y yo una rancia. El problema principal es que yo querría tener una melena negra y lisa tipo japo... y resulta que tengo un pelillo díscolo color ratón y tendente a la ondulación.<br />
Entre los dos hemos conseguido llegar a un pacto de no agresión. Él evita que yo parezca esa tipa del telediario que lleva tanto tiempo con el mismo corte que todos sospechamos que lleva peluca... y yo que se inspiren en mi para construir el nuevo Guggenheim.<br />
<br />
El caso es que nunca me he teñido el pelo, porque yo quiero ser morena y él dice que no puede ser, a menos que quiera convertirme en Morticia 2.0<br />
Aquel día el pobre debió de verme tan pachucha que cedió a mis habituales súplicas llegando a uno de nuestros pactos históricos. Accedió a darme un baño de color, pero en tono castaño. Así tendría el pelo más oscuro, aunque nunca negro, y en un par de lavados desaparecería.<br />
<br />
Mientras yo parloteaba como un mono subido a una rama, él me advertía que no debía lavarme el pelo y acostarme sin habérmelo secado antes.<br />
¡Claaaro!<br />
Podía quedarse tranquilo. Yo nunca me voy a dormir con el pelo húmedo porque así me lo enseñó mi <b>Mami de Toda la Vida</b>, y para algunas cosas soy bastante obediente.<br />
<br />
La cuestión es que salí de la pelu feliz como un mono después de haber atracado<i> Pipas Facundo</i> con mi nueva melena casi morena.<br />
Era una noche como tantas en ASV en las que los nativos tenemos que hacer uso de nuestras branquias para sobrevivir al aguacero (no sé cómo no hay más campeones mundiales de natación aquí). Una noche como tantas, en las que coincidí con muchos otros seres humanos impermeables. Entre los que desafiaban la lluvia estaba un amigo del <b>Principito</b> con el que siempre había habido un leve tonteo.<br />
Bueno... eso de leve era mientras el Principito aún estaba entre nosotros. En cuanto dejó nuestro planeta de leve pasó a grave, y aquella noche a estado crítico.<br />
Era tan guapo como divertido, y siempre olía de maravilla.<br />
El <i>bacardilimónconcola</i> emborronó tanto el dilema sobre si aquello estaba bien que cuando llegamos a mi portal estaba completamente difuminado.<br />
No sabía muy bien cómo, había dejado que me acompañase a casa... y como llovía a cántaros dejé que subiera con la manida excusa de "invítame a la última".<br />
Los hielos de la última derritieron las pocas barreras que aún quedaban entre nosotros y apagaron las luces y la conciencia.<br />
<br />
De pronto mis dedos tocaron algo viscoso.<br />
...Ups<br />
¿Qué demonios era?<br />
A oscuras noté que aquella cosa resbaladiza estaba por toda mi almohada.<br />
¡Aghhh!<br />
¿Pero qué tipo de gomina llevaba aquel fulano?<br />
¡Bendita parestesia alcohólica!<br />
<br />
Unos besos en el cuello me despertaron al día siguiente. Tenía un terrible dolor de estómago y un vago recuerdo de cómo habíamos llegado hasta allí... y de su gomina pringosa entre mis dedos.<br />
Me incorporé un poco para buscar la menos dolorosa entre mis habituales excusas para echarlo de casa.<br />
De pronto ví toda la almohada negra.<br />
La almohada, el nórdico y mis manos... ¡También él estaba tintado de oscuro!<br />
¿Desde cuándo la gomina era negra?<br />
De repente reconocí aquel color... que no era negro... sino el castaño oscuro que me habían puesto en el pelo.<br />
<br />
Moraleja: Cuando te digan que no te acuestes sin secarte el pelo después de un baño de color recuerda que no se refieren sólo a la ducha. La lluvia también moja y destiñe que te pasas. <br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-65850637307533728292012-09-24T06:20:00.000-07:002012-09-24T18:14:14.257-07:00El andamioEl sábado llovió mucho. Muchísimo. Estoy segura de que si hubiésemos canalizado todo el agua que cayó por la noche, ahora tendríamos un nuevo Amazonas. Somos unos dejaos.<br />
A pesar de ello, salí con <b>Sargento Tous</b>, que somos muy de nuestras rutinas y un diluvio más o menos no nos disuade de nuestros planes.<br />
<br />
Calificar a Sargento Tous de cabezota es ponerse a la altura de esas madres que dicen de sus hijos hiperdesobedientes que son "activos". Ja.<br />
Un eufemismo de los gordos.<br />
<br />
Ella quería estrenar un vestido que adquirió por su cuenta y riesgo en una tienda en la que compra un montón porque la dueña es majísima... a pesar de que no es la primera vez que le dan paloma muerta por liebre. En fin.<br />
Es una de esas prendas de punto que podrían usar en la Seguridad Social para ahorrarse las radiografías. Pero la de la tienda le había dicho que le quedaba bien, y ella lo quería. Así que lo compró y luego pidió auxilio.<br />
<br />
Fuimos a buscar una de esas enaguas de "efecto modelado" que son las fajas de toda la vida pero en plan bonito.<br />
Aún así, el dichoso vestido tenía otro problema: un escote más complicado que la cara de Belén Esteban.<br />
Tendría que haberle dicho que le llevase el trapo de vuelta a la <i>Tendera que se lo cuela todo</i>, pero me dio mucha penilla ver su cara de desconsuelo intentando sin éxito recolocarse para que el sujetador de su recién descubierta bragafaja no le asomase.<br />
Y cedí.<br />
Le dije que podía usar cinta de doble cara como hacen todas las actrices en la alfombra roja.<br />
Error. Las actrices hacen caso de sus estilistas y llevan tanto bótox que no pueden ni moverse.<br />
<br />
<b>Sargento Tous</b> es la reencarnación de Paco Martínez Soria en "Don Erre que Erre".<br />
<br />
Le advertí que estrenar aquel vestido por la noche no era buena idea. Que la noche es larga y cruel... y que tanto tuneo podría salir a la luz. pero ella sentenció vía <i>guasap</i>: "No seas cansina".<br />
Vale.<br />
<br />
Ya he dicho mil veces que no es que yo sea muy lista. No llevo gafas y soy de letras... pero hasta a mi se me antoja que la combinación de humedad y cinta adhesiva tiene sus riesgos. Empiezo a pensar que Sargento Tous ha visto demasiados episodios de <i>Al filo de lo imposible</i>.<br />
<br />
En el primero de los locales empezó a darse cuenta de que embutirse en una faja por debajo de un vestido de punto no es que sea precisamente refrescante.<br />
No dijo nada, a pesar de que la piel le brillaba como la de los pollos asados mientras dan vueltas en el grill.<br />
Yo tampoco, y le pedí una copa mientras la veía dar tirones a la faja, que se le había subido y enrollado en la barriga.<br />
Me acordé de ella en el probador anunciándome con entusiasmo que le quedaba tan bien que pensaba ponérsela sola.<br />
Cambiamos de bar y la cosa empeoró.<br />
Yo miraba de reojo su escote sudoroso, temiendo que la cinta, que había adherido sobre la piel en vez de sobre la prenda, se despegase dejando a la vista toda aquella ingeniería tuning.<br />
- <i>Haz el favor de ponerte bajo el aire acondicionado, que vamos a salir de aquí a nado</i> - le dije.<br />
- Ya no tengo tanto calor- mintió<br />
-<i> Noooo, claro. Por eso tienes todo el pelo empapado en sudor.</i><br />
- La verdad es que sí que tengo un poco de calor...y la cosa esta ya se me ha enroscado en la barriga.<br />
- <i>Vete al baño y quítate la faja, anda, que vas a morir deshidratada.</i><br />
- No puedo, que se me pega mucho el vestido.<br />
- (Ojillos en blanco de desesperación) <i>Para empezar, cuando hay tanta gente en los locales sólo nos vemos de cintura para arriba, así que nadie va a fijarse. Además, mejor que se te marque un poco que estar transpirando como un camionero en un local de streaptease.</i><br />
- No puedo.<br />
De pronto entendí que el Sargento no había tenido ni la precaución de ponerse un sujetador bajo aquel andamiaje.<br />
<br />
Alguno pensará que una buena amiga se habría retirado prontito para que Sargento no siguiera sufriendo.<br />
Para nada. Ella sólo escarmienta en sudor propio.<br />
Me gustaría saber cuántos quilos ha perdido después de toda esa sauna nocturna.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-80335602915413116282012-09-17T09:23:00.001-07:002012-09-17T09:23:06.818-07:00Poniendo a prueba mi inmortalidadQue los bebeses alteran la vida es una realidad más palpable que el bigote de la Pantoja. Pero no sólo la de sus madres, no.<br />
¡Ojalá! Al fin y al cabo son ellas las que se han metido voluntariamente en semejante lío.<br />
<br />
Esos pequeños seres han hecho que mis amigos dejen de salir por la noche, que todos sus temas de conversación se reduzcan a mucosidades y excrementos y que vayan a la playa con sombrilla.<br />
La juventud no se acaba con los años. Finaliza en cuanto, en vez de darse estupendos baños en el mar y pasear por la orilla en playas semidesiertas, te pones "a la sombra" en playas atestadas de críos.<br />
Y eso no hay nutritiva de <i>Clarins</i> que pueda remediarlo.<br />
<br />
Pero no sólo han afectado a mi vida social y me han llenado de babas. Me han convertido en un ser de segunda categoría dentro de mi propia familia y han puesto mi vida en riesgo.<br />
No es broma.<br />
Mi <b>Mami de toda la Vida</b> está flipada con el sobrino. No algo entusiasmada en plan abuela. Literalmente enloquecida.<br />
Cuando el sobrino viene a casa todo se desvanece a su alrededor. El resto del mundo deja de existir, incluída yo, por irritante que me resulte.<br />
<br />
Hace unas semanas teníamos una comida familiar y yo estaba con una contractura brutal. Mi cuello se movía menos que el rostro de Nicole Kidman, pero yo sin botox.<br />
<br />
A pesar del dolor, mi<b> Mami</b>, que es la Jefa de los Asuntos Sanitarios Familiares, decidió que tenía que intentar aguantar sin ibuprofeno ni myolastan. Yo creo que las drogas han sido injustamente vilipendiadas en general y, en contra de lo que dicen los anuncios esos de "consulte a su farmacéutico", estoy a favor de su uso. Sufrimiento, no gracias.<br />
<br />
Le hice caso.<br />
Mal.<br />
<br />
Cuando ya estaba rogando a Dior para que viniese la muerte pidadosa y me llevase con ella, decidí luchar por mi vida y supliqué y supliqué a mi madre para que me diese mi dosis de Ibuprofeno.<br />
Era la hora del baño del sobrino, y el gen de abuela se había apoderado de la voluntad de mi madre. Ya no le importaba nada, salvo meter en su bañera al sobrino y jugar con él.<br />
Cedió y sacó un blister de entre la montaña de drogas que, como mandan los farmacéuticos, "mantiene alejada del alcance de sus hijas", uséase nosotras.<br />
<br />
Mis ojillos leyeron "1000" impreso sobre aquel envoltorio y yo vi el cielo abierto. Normalmente tomo 600 mg, asi que casi se me saltaron las lágrimas pensando que era prácticamente el doble de mi dosis habitual.<br />
¡Mil! ¡Moooola!<br />
<br />
Como había quedado para salir aquella noche, me tomé aquella pastilla y me fui a mi casa a arreglarme mientras esperaba a que me hiciese efecto.<br />
<br />
Nada.<br />
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Esperé más.<br />
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Mareos y más dolor.<br />
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Uy.<br />
<br />
Esperé más.<br />
<br />
Náuseas. Raro.<br />
<br />
Llamé a mi Mami por teléfono para explicarle que el dolor, no sólo no había desaparecido sino que la niña del exorcista pugnaba por apoderarse de mi ser.<br />
Por entonces el Sobrino ya estaba durmiendo, así que el resto del mundo ya volvía a existir para la superabuela.<br />
- Eso no puede ser- me dice- ¿Qué has tomado?<br />
- <i>El ibuprofeno que me dejaste sobre la cómoda. Ponía 1.000. Tendría que haberme hecho efecto ya.</i><br />
- Eso no puede ser. No hacen 1.000.<br />
<br />
Miedo. Mi Mami fue a comprobar el contenido del misterioso blíster.<br />
Noté su voz temblorosa al otro lado del teléfono.<br />
- Era amoxicilina. Has tomado otra vez amoxicilina.<br />
-<i>Nooooooooo!</i><br />
<br />
De pronto mi madre y yo supimos qué se nos venía encima. La amoxicilina es mi cryptonita. Es tomarlo y se activa la espiral del mal. El mal, el dolor y los vómitos sin control.<br />
Corrí al baño. Ya no había remedio.<br />
Mi Mami cogió el coche y vino al rescate, pero la amoxicilina ya estaba en mi sangre y mis superpoderes me habían abandonado junto con la dignidad.<br />
<br />
Para cuando llegó, yo lloraba abrazada a la taza del váter.<br />
Me inyectó un primperán y se quedó esperando a que los espasmos parasen y yo me quedé frita de puro agotamiento.<br />
<br />
Nunca sabré si ha sido un descuido involuntario o si mi propia familia atenta contra mi vida.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-11577530901865926472012-09-12T17:14:00.000-07:002012-09-12T17:23:18.091-07:00Pánico en el probadorNo soy de ese tipo de chicas que va de compras con sus amigas, ni con su<b> Familia de Toda la Vida</b>, por geniales que sean.<br />
Es más, las escasas prendas que duermen en mi armario el sueño de los justos son fruto de una de esas excepciones en las que fui de tiendas acompañada y me dejé arrastrar por las opiniones ajenas en vez de fiarme de mi propio criterio, que es mío y casi nunca me lleva la contraria.<br />
Eso de comprar ropa y no ponérsela es como encerrar en una habitación a una persona de la familia y no dejarla salir más porque no acaba de pegar contigo. Está muy feo.<br />
<br />
Esta tarde una visión me detuvo durante mi labor como corredora de bolsa (que iba de recados, vamos).<br />
Un vestido <i>peplum</i> negro con el volante colocado en el sitio preciso me retaba desde un escaparate a demostrarle a la<b> Princesa Prometida</b> que se equivoca respecto a que el <i>peplum</i> sienta mal por fuerza.<br />
Yo, que soy minusválida para calcular las distancias cuando de aparcar se trata, he sido a cambio dotada de un sentido supersónico para estimar medidas sobre tejidos.<br />
Mi visión Rayos X detectó a un tiempo que aquel volante podría destacar mi cintura sin hacer que mi culo se semejase a un globo aerostático... y que aquella maravilla estaba tras la luna de<b> Berzas</b>.<br />
No soy yo precisamente clienta VIP de <b>Berzas</b> ni de <b>Strafalarius, </b>pero sentía la llamada de aquel LBD como Frodo sentía la del anillo. Y entré en Mordor.<br />
El chunda-chunda atronaba mientras dependientas y clientas se cruzaban en mi camino mascando chicle con fruición. No dejé que me distrajesen los culos asomando bajo los pantalones cortos excesivos ni los aberrantes estilismos clonados de Hombres, Mujeres, Biceps y Berzas.<br />
<br />
Localicé mi objetivo y me lo llevé rápidamente al probador. Ni forro ni nada, claro. Algodón y Elastano ¡¡qué Dior me coja confesada!!<br />
Compruebo que por 18€ no se incluyen cremalleras, claro... y como el vestido es hiperceñido, no queda otra que metérmelo por la cabeza e ir bajándolo. Para que supere el obstáculo de mi pecho me quito el sujetador, porque, claro, además el modelillo es palabra de honor.<br />
El <i>peplum</i> me sentaba bien y me quedé frente al espejo unos segundos saboreando la sensación de que demostrarle a la Princesa Prometida que yo tenía razón me iba a salir increíblemente barato.<br />
<br />
¡Decidido! Cambiarse, pagar y ¡listo!<br />
<br />
Con la emoción del momento tiro del vestido hacia arriba y noto cómo la tela de la falda se queda atascada en mi pecho.<br />
Tiro<br />
Nada<br />
¡Uf!<br />
Tiro más<br />
¡¡¡Uich!!<br />
<br />
Me he quedado atrapada dentro del vestido y no soy capaz de bajarlo ni subirlo.<br />
Lucho.<br />
Nada<br />
<br />
Empiezo a agobiarme en serio pensando en que me van a encontrar al día siguiente en el probador muerta de la humillación y del disgusto.<br />
<br />
Tiro con fuerza y se me escapa un alarido. Noto un dolor intenso en la cabeza ¡¡el pelo se me ha enganchado con la alarma anti-robos!!<br />
<br />
La <i>Señoritadobladora</i> acude al oírme gritar.<br />
- <i>¿Te ayudo?</i>- me dice sin dejar de masticar el chicle.<br />
<br />
Me veo de reojo en el espejo.El pelo enredado en la alarma, los brazos atrapados dentro del vestido y en un indecente topless.<br />
Antes me dejo morir.<br />
<br />
- ¡Como entres en el probador sí que voy a gritar!- la amenazo<br />
- <i>Bueno, tía, tú misma</i>- oigo cada vez más bajito el chuic, chuic, del chicle... así que debe de estar alejándose.<br />
<br />
Me lamento profundamente por no ser una mujer normal aficionada a ir de compras con sus amigas o a tener a un novio esperándome tras las cortinas del probador como si fuese uno de esos perrillos que atan a las puertas del supermercado.<br />
En ese momento daría algo por poder coger mi móvil y que alguien viniese a rescatarme tras hacerle prometer que nunca, jamás, volveríamos hablar del bochornoso incidente.<br />
<br />
Pero estoy sola y tengo los brazos atrapados, así que no puedo llamar a nadie para que me salve. Sólo podía esperar que viniese la muerte piadosa y me llevase con ella, o intentarlo una vez más.<br />
Aguanto la respiración y tiro con todas mis fuerzas.<br />
Menos mal que el pelo crece.<br />
Confío en que el cuero cabelludo también.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-68737710284718345002012-08-30T07:12:00.000-07:002012-08-30T08:45:45.847-07:00Perros callejerosUna no puede descuidarse ni un segundo. A este paso voy a necesitar una doncella para que me ayude a arreglarme para ir a por el pan.<br />
No era pan lo que fui a comprar este mediodía, sino una botellita de vino rico para <strong>Viejo Pachanga</strong>. Un recadito rápido, así que bajé tal cual... ¡Total era sólo ir y volver! <br />
¡Ja!<br />
<br />
Caminaba de vuelta al hogar, concentrada en la fundamental tarea de whatsappear a mis amigos, cuando unas deportivas retro se pararon frente a mi y me dijeron hola.<br />
Miré las deportivas y luego los vaqueros y la camisa hasta que llegué a una cara que me miraba.<br />
<em>- ¡Hola!</em><br />
La cara desconocida me sonreía, pero no decía nada. <br />
Le di a "enviar" al whatsapp que estaba escribiendo y lo miré de nuevo. Nada<br />
<em>-¿Te pasa algo?</em><br />
- Creo que nos conocemos.<br />
Volví a mirarlo. El caso es que empezaba a sonarme... pero no sabía de qué. <br />
Escaneo mental. No me viene nada... y eso que era muy mono.<br />
<br />
- <em>¡Ah!, puede ser</em><br />
- Yo diría que sí.<br />
- <em>Pues no sé ¿del trabajo? </em><br />
- No. Del trabajo no.<br />
<em>- Pues del gimnasio seguro que no </em><br />
- ¿A qué gimnasio vas?<br />
<em>- ¡¡No voy a ninguno!! Estoy en contra del deporte.</em><br />
- Yo creo que es de la noche<br />
<em>- Eso es más probable. </em><br />
(lamentable, ya lo sé, pero es lo que hay)<br />
- ¿Ibas con una amiga muy borracha?<br />
<em>-Ups!</em><br />
<br />
<em>Inciso :</em><br />
<br />
<em>Si últimamente no estuviese más vaga que los ojos de Espinete, hasta los monos del Amazonas sabrían que hace como un mes <strong>Sargento Tous</strong> se pilló un melocotón descomunal. Juro por Dior que la conozco desde años y nunca la había visto en semejante estado. </em><br />
<em>Una va teniendo una edad y está bastante desentrenada de intentar convencer a las amigas gintónicas que no es buena idea dormir en la acera y mostrarle al universo la blonda de las medias autosujetables... y no digo más.</em><br />
<em>Por suerte, cuando el Sargento ya había perdido los galones, unos caballeros vinieron al rescate. Mejor para las dos, porque mi único plan consistía en empaquetarla en un taxi y mandarla prácticamente sin conocimiento para su casa. </em><br />
<em>Mientras los de la flamante armadura resolvían la situación, alguien esperaba cómodamente sentado sobre el capó de un coche cercano a ver cómo discurrían los acontecimientos. No hace falta explicar cómo conocí al <strong>Chico del Baño del Sónar</strong>.</em><br />
<br />
<em>- ¡¡¡Ahhh! Si. Eres el Chico del Baño del Sónar.</em><br />
- Creo que si. Te fuiste esa noche.<br />
<em>- ¡Hombre! Paso algún tiempo en los bares, pero de momento no he dormido en ninguno.</em><br />
- ¡Ya! -se ríe- Me refería a que no he vuelto a verte.<br />
<em>- Pues no</em><br />
- Vives por aquí cerca ¿verdad? <br />
<em>- Pues si </em><br />
(yo cuando me explayo...)<br />
<em>- Si te apetece quedar un día para tomar un café...</em><br />
- Pues como no me mandes señales de humo...<br />
- ¿Me das tu número?<br />
<em>- Bueno</em><br />
<em>(Soy una chica mogollón de difícil. Si, ya lo sé)</em><br />
- Genial. Te llamo<br />
<br />
El Chico del Baño del Sónar me enseña un mogollón de dientes blanquísimos y saca el móvil. Yo voy dictando los números y de pronto veo su fondo de pantalla.<br />
Parece una foto del Chico del Baño del Sónar abrazando a una chica ¿será su hermana?<br />
<br />
P.D:<br />
Éste es el mensaje (sms, ¡encima! y con abreviaturas) que acabo de recibir, lo juro por Dior:<br />
<hola .="." 5="5" a="a" ah="ah" caf="caf" casa="casa" decir="decir" dime="dime" direcci="direcci" invitas="invitas" las="las" luis.="luis." me="me" no="no" on="on" paso="paso" por="por" que="que" soy="soy" tu="tu" un="un" vas="vas" y="y"></hola> <em>hola.soy luis. me invitas a un "café" a tu casa? dime dirección y a las 5'30 paso x ahí. me vas a decir que no?</em><br />
<br />
No. No voy a decirte que no. Es que no voy ni a contestar<br />
<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-19913041814815497322012-03-16T18:48:00.001-07:002012-03-16T18:48:46.923-07:00Voy a tener un sobrino rana o protagonista de "V"A esto que me está pasando a mi, en mi tierra le llaman "al que no quiere caldo 7 tazas", pero yo creo que es el recochineo del destino. <br />
No sólo <strong>Princesita P</strong> está embarazada, sino que <strong>Eme </strong>me va a hacer madrina, y un montón de amigas me convertirán en tía honorífica a razón de un bebé por mes. Estoy que no doy crédito con el <em>Babyboom</em>.<br />
Los que aún tenéis la paciencia de seguirme, y además sabéis sumar, os habréis figurado que Princesita P está a puntito de traerme el sobrino al mundo. Esto, que me tiene a mi <em>ansiada</em>, se lo toman Mami y la futura madre con una pachorra digna de un oso panda puesto de valium.<br />
<br />
La matrona dice que el Sobrino aún tardará un poco en nacer por algo de que la placenta es verde, o está verde. Yo, que no sé nada de bebeses y me muero de grima, no he querido saber nada más del asunto, porque la imagen del verde pariente diminuto me tiene loca. No sé si me angustia más que el Sobrino viva flotando en un líquido verde, o imaginarme al Sobrino como a una minúscula Rana Gustavo.<br />
Lo que sí es seguro es que más le vale ir poniéndose del color "morado nazareno" típico de los bebeses, porque si nace verde no me va a combinar con nada. <br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-16982175714667341452011-10-13T15:09:00.000-07:002012-03-16T21:51:43.643-07:00Embarazo en el ídemAl <strong>Novio de Princesita P</strong> voy a darle una medalla. Seguramente él preferirá una caja de <em>valium</em>, pero en la tele siempre dicen que no se debe tomar medicamentos con receta a libre albedrío<br />
<br />
Los bebeses son muy problemáticos. Siempre lo digo, nadie me hace caso y luego, pasa lo que pasa. Si ya desde embrión nos está dando tantos quebraderos de cabeza, no quiero ni pensar cuando tenga edad para drogarse, convertirse en protagonista de "embarazada a los 16" o aficionarse al tuning, que sería un drama.<br />
<br />
Novio de <strong>Princesita de P</strong> y <strong>Viejo Pachanga</strong> están padeciendo solidariamente todos los síntomas del embarazo. Si ella tiene sueño, ellos más; si le dan náuseas ellos ya se imaginan como la niña del exorcista... Vamos, que no sé cómo vamos a explicar en el hospital el día del parto que a lo mejor necesitamos dos habitaciones más.<br />
<br />
Yo, que aún no he decidido si voy a ser una tía consentidora o la secuela de la Señorita Rotenmeyer, vivo sumida en un mar de preocupaciones. <br />
<br />
A pesar de que durante millones de años las mujeres han dado a luz por su cuenta, al parecer, ahora uno de los primeros al que hay que darle la buena nueva es al Señor de la Bata. En mi familia, el departamento de asuntos sanitarios lo lleva mi <strong>Mami </strong>con mano de hierro, así que nuestro Señor de la Bata lo ha decidido ella.<br />
También conservamos la costumbre de que la Jefa del Departamento nos acompañe en las visitas al Señor de la Bata, que para eso son amigos y así ellos charlan de sus cosas de la salud y tal.<br />
<br />
Como somos gente de rutinas, Viejo Pachanga suele acompañar a Mami a todas partes, así que cuando Princesita P anunció su embarazo y fue a visitar al <strong>Señor de la Bata</strong>, mi Mami la acompañó. Como Viejo Pachanga acompaña a Mami, y Novio de Princesita a Princesita, para cuando se dieron cuenta estaban los cuatro cómodamente sentados en la consulta, y el Señor de la Bata haciendo preguntas bastante íntimas a la felíz, aunque avergonzada, futura madre.<br />
<br />
Allí, delante de sus padres, el amable Señor de la Bata explicó a Princesita P y a su Novio qué tipo de prácticas sexuales eran más adecuadas durante los meses que dura tan feliz trance, y cuales no.<br />
<br />
Mi abu ya ha advertido que ella tampoco quiere perderse ni un segundo de los progresos del proyecto de biznietito. Creo que deberíamos alquilar un palacio de congresos para la primera ecografía.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-68793873595689587932011-10-09T15:26:00.000-07:002011-10-09T15:26:27.198-07:00Éste va a ser el embarazo más largo de toda la historiaDijo profética, y sabiamente, mi abu. Y es que <strong>Princesita P</strong> no nos avisó el día de la concepción porque, imagino yo, que desde que decidieron quedarse embarazados se dieron al libertinaje con tal entrega que tendrían que mandarnos <em>cienes y cienes</em> de "guasaps" al día para que eso hubiese sido posible.<br />
<br />
<strong>Princesita P</strong> estaba tan concentrada en su objetivo que, de puro nerviosa, no le bajaba la regla.<br />
¿Y qué hizo <strong>Mami</strong>?<br />
¿Darle una tortilla de valium o golpearla con un palo en la cabeza hasta que se tranquilice? No ¿Dos bofetadas y desaflojarle el corpiño como cuando nuestras abuelas se ponían histéricas? Tampoco.<br />
Mami le hizo entrega de un montón de <em>predictors</em> para que se quedase tranquila. A mi me da que a esta niña la estamos mal criando....<br />
<br />
Así que, antes de la primera falta ya nos estaba anunciando el embarazo a bombo y platillo. Y es que esto de los predictors ha avanzado tanto que no te dicen el sexo del bebé de milagrito, pero todo se andará.<br />
<br />
Total, que anda toda la familia revolucionada porque también <strong>Prima Pijiipi</strong> lo está. Esto no es casualidad, sino que los <strong>incordios adorables</strong> se pusieron de acuerdo para tener los bebeses más o menos a un tiempo, para que así los bichos crezcan juntos. Esto parece una peli mala de Antena 3 después de comer, pero es la verídica verdad. <br />
<br />
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-50595158186785785592011-10-08T08:27:00.000-07:002011-10-08T08:28:02.000-07:00La hija de la evolución se transforma en madreSer hermana mayor implica muchas responsabilidades. <strong>Hermanilla</strong> y <strong>Princesita P</strong> no lo entienden, pero es porque ellas llegaron luego y se perdieron el capítulo. Por ejemplo, ahora <strong>Princesita P</strong> y su <strong>Novio</strong> han decidido ser padres. Ellos se han quedado embarazados y yo preocupada. Es lo que tiene.<br />
<br />
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<br />
Mis padres están esponjados como pollitos con eso de ser abuelos. <strong>Viejo Pachanga</strong> se ha puesto un poco rallante con que se tienen que casar, pero la verdad es que nunca le prestamos mucha atención. Y no es que mi padre sea cristiano ni nada, que en mi casa, como dice mi abu, somos animalitos sin alma. Vamos, ateos o agnósticos, según el caso. La cuestión es que <strong>Viejo Pachanga</strong> no creerá en Dios, pero sí en los papeles, y no quiere verse de abuelo soltero o algo. Además, lo que sí somos es muy de celebrar, e imagino que le dará rabia perderse su <em>Gran Momento Padrino</em>, ya que como Hermanilla y yo nos hemos echado a perder, no va a tener mucha más oportunidad el pobre.<br />
<br />
A lo que iba, que me disperso como la población rural. Yo ya he advertido a los emocionados <em>Proyecto de Padres</em> que no estoy preparada para ser tía. Si pudiera amarrar a <strong>Princesita P</strong> al columpio, para que dejase de crecer como una zanahoria juro que lo hacía. Pero no, ella está empeñada en hacerse mayor y matarme a disgustos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-7281073567638390422011-10-02T15:11:00.000-07:002011-10-02T15:16:03.090-07:00Donde dije digo, digo ¡Oh Dior mío!Vivo en un sitio tan lluvioso que a los indígenas en vez de pelo nos sale musgo y traemos branquias de serie. Así que, que en octubre tengamos 29 grados y sol radiante me parece un regalo de ese señor de las barbas con superpoderes. Como el señor de las barbas es de opinión variable, como la nubosidad, no hay que confiarse y hay que tomar las cosas así como vienen.<br />
Aunque habíamos salido a malear ayer (y antes de ayer) <b>Sargento Tous</b> tocó diana a las 11h y me hizo levantarme para ir a la playa. Yo ya había quedado con<b> Japileidi</b> y con <b>Shaggy</b>, en que llevarían también a Comiño para que continuase con su iniciación en el necesario arte de comer arena y que así crezca como los niños de antes, <i>todoterreno</i> e inmunizado.<br />
<br />
Ir a la playa con bebeses tiene más ciencia de lo que a mí me parecía, y eso que Japileidi y Shaggy, de momento, no lo recubren de neopreno, ni le llevan mini-piscinas para que el niño esté como en la bañera de casa pero rodeado de señoras gordas en bikini y parejas magreándose en las toallas.<br />
Hay que ir a unas playas determinadas, porque las cosas de los bebeses ocupan mogollón y también es bueno que haya rampas para que las bugaboo bajen adecuadamente, y bares cerca para poder calentarle las porquerías que les hacen comer a los pobres bichos indefensos que no saben que en la vida hay cosas mejores que el pollo cocido sin sal y espachurrado con verduras.<br />
Pero, sobre todo, llevar sombrilla... Eso si que son los primeros signos de la edad, y no las arruguitas que te salen en los ojos cuando eres una personilla feliz.<br />
<br />
Vamos, que a mi me parece que <b>Comiño</b> bien podría quedarse durmiendo plácidamente en su cáscara de nuez a la sombrita, que es bastante bueno y tranquilo, mientras nosotros nos damos un baño y paseamos, que es lo que se nos da mejor... pero debe de ser verdad el primer mandamiento del Credo de los Padres Primerizos:<br />
1. Ser padres "te cambia la vida" y "hace que te replantees las prioridades"<br />
<br />
Si hace un año alguien me hubiese dicho que <b>Shaggy</b> habría renunciado a nadar en un mar transparente para quedarse junto a una sillita de bebé bajo un sol de justicia, me habrían caído los pendientes del susto. Pero la vida te da sorpresas.<br />
<br />
Japileidy, Sargento Tous y servidora nos fuimos alegremente a la orilla para disfrutar del que, con toda probabilidad, sería nuestro último baño del año. Lo pasamos de lo lindo flotando en el agua transparente, balanceadas por las olas, mientras reíamos y hablábamos de lo que haríamos en Bora-Bora cuando me toque el Euromillón.<br />
Felíz estaba yo, moviendo los pies despacito para mantenerme a flote sin demasiado esfuerzo y parloteando como un mono subido a una rama cuando, de pronto, lo que era una inocente olita se convirtió en una gran masa de agua que rompía sobre mi desprevenida cabeza.<br />
La fuerza de la ola me llevó al fondo y me golpeó contra la arena, y la corriente no me dejaba levantarme.<br />
Abrí los ojos y sólo veía espuma, burbujitas y azul, mucho azul... Y supe que iba a morir, que lo había visto en las películas.<br />
Uno de los inconvenientes de ser una cotorra, es que, cuando te suceden estas cosas, es muy probable que te pillen con la boca abierta... y digerir medio océano Atlántico no es cosa agradable ni sencilla, por lo que me atraganté con toda aquella agua salada que yo no había pedido.<br />
Morir en domingo, mientras tu familia y amigos disfrutan de un día soleado, resulta de muy mal gusto, así que me apoyé en la arena para poder hacer fuerza y levantarme. Y lo hice, tratando, a la vez, de sujetarme el bikini que la corriente había logrado desatar.<br />
Con el peinado propio de los náufragos,las rodillas rasguñadas, tosiendo como una tísica y con tanta agua en los oídos como para hacer una piscina en el Congo, logré ver a mis amigas, que ya habían logrado desembarazarse de tan pesado abrazo del mar porque habían visto venir la ola y habían tenido un par de segundos más para reaccionar... o, al menos, cerrar la boca.<br />
Mientras <b>Sargento Tous</b> nos explicaba que la ola le había llevado las gafas de sol, yo trataba de volver a atarme las tiras del bikini tras el cuello.<br />
<br />
- ¡Tienes un pecho fuera!- me gritó <b>Japileidi</b> muerta de risa.<br />
<br />
Miré hacia abajo y vi que, mientras yo me afanaba en abrocharme el bañador, éste ya no tapaba nada. Volví todo a su sitio y até por fin el bikini mientras oía a mis dos malvadas amigas hacer leña del árbol caído.<br />
Y es que, toda la vida despotricando contra el <i>topless</i>, vanagloriándome de que yo no ando enseñándole el pecho a cualquier mirón playero... para acabar dando una imagen similar a la que daría la <i>Bruja Lola</i> si decidiese cambiar de profesión y se pusiese a mostrar sus encantos en la Casa de Campo.<br />
<br />
Si es que siempre tiene razón mi abu, no se puede escupir para arriba.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-912953776285263862011-06-13T12:28:00.000-07:002011-06-13T18:16:01.856-07:00Elegancia interiorNo sé qué me pasa, pero últimamente no hago más que llegar tarde. <b>Lu</b> se vuelve a BCN y quedamos para tomar un café de despedida. <br />
Iba a decir para desayunar, pero teniendo en cuenta que era a las 12h a alguien le puede parecer que me estoy burlando. Y es que este nuevo horario me va a hacer una mujer de mala vida. <br />
Ya soy yo bastante tendente a trasnochar, como para que, encima, me lo fomenten en el trabajo. <br />
Seguro que debe de venir algo de esto en el Estatuto de los trabajadores, o algo, porque no puede ser sano.<br />
<br />
Bueno, que esto de la vida desordenada parece ser contagioso, y la habitación se me ha puesto a juego. <br />
Como iba más apuradilla que un yonki a su cita con la metadona, decidí no molestarme en absoluto y arramblé de la silla del desorden la misma cazadora que me había puesto ayer para salir corriendo.<br />
<br />
Me gusta vivir en mi barrio. Produce el mismo efecto que pasear delante de una obra para que te piropeen, pero en versión educada y mucho más familiar.<br />
Crucé el portal con paso decidido, el bolso en la mano y la cazadora sobre el brazo porque no hacía demasiado frío, pero me quedé petrificada cuando el dueño de la tienda de muebles que hay a cincuenta metros de mi casa, que siempre tiene alguna cosa bonita que decirme, se me quedó mirando como<br />
extrañado.<br />
Inmediatamente me miré los pies, por si había salido de casa con zapatillas... pero no. <i>Peep Toe</i> de <b>Pura López</b> con una flor de rafia en un lateral. Una monada.<br />
Pasé por delante del kiosco, y el dependiente levantó la mano para saludar, pero se quedó a medio camino del gesto como si <i>Iceman</i> lo hubiese tocado con uno de sus rayos.<br />
<br />
Volví a mirarme los pies. Nada. <br />
¿Una carrera en la media? Tampoco.<br />
<br />
Sigo andando y veo que el farmacéutico entrometido me sigue con la mirada, desde detrás del mostrador, pero tampoco me da los buenos días. Acelero el paso, porque empiezo a ponerme cada vez más nerviosa y la señora de la panadería sale haciéndome señas.<br />
La miro y no entiendo por qué señala mi bolso. <br />
Miro el bolso, ni si quiera había pensado en la remota posibilidad de que los comerciantes de ASV fuesen a fijarse en lo adecuado o no de mis complementos... ¡Maldición!<br />
¡No era el bolso! <br />
Llevo colgando del brazo un sujetador de encaje blanco como si fuese una especie de bandera feminista o algo peor.<br />
Agradezco a la panadera que haya tenido el detalle de no dejarme atravesar la ciudad luciendo la ropa interior de ese modo y me vuelvo a casa saludando uno por uno a los que han visto mi peculiar pasarela íntima.<br />
Ya no hay nada que se pueda hacer por salvar mi orgullo y, encima, no podré explicarle a <b>Lu</b> por qué he llegado tarde.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qr-Xye_ouEmYMWhGExqiQjqw89ePeewuYGkcFiA3StWVf7PogfsK0BR16e5hc61yxXR-hfO3q-3OrdxKFUlOmOD12QVPwkKwmnzT0mN0CQ3a9r9HM5XeFI4-wkvl2tYLLNai8lIm-mfF/s1600/DSC06656.JPG" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="400" width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qr-Xye_ouEmYMWhGExqiQjqw89ePeewuYGkcFiA3StWVf7PogfsK0BR16e5hc61yxXR-hfO3q-3OrdxKFUlOmOD12QVPwkKwmnzT0mN0CQ3a9r9HM5XeFI4-wkvl2tYLLNai8lIm-mfF/s400/DSC06656.JPG" /></a></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-82096916623471501102011-06-03T12:20:00.000-07:002011-06-03T12:20:54.940-07:00Regando a los indefensosResulta que voy a un bautizo. <b>Shaggy</b> y <b>Japileidi</b> han decidido que Comiño empiece a contar como un católico más, y no se han contentado con una celebración familiar como todo el mundo. No. Ellos han organizado un evento de esos de quedarse clavada con los tacones en el césped porque en el campo es todo muy bonito y natural. Ya.<br />
<br />
Al principio estaba resignada a ir, y hasta medio contenta porque me había comprado un vestido muy bonito y eso siempre la anima a una... pero luego me ha ido pareciendo cada vez más absurdo y he intentado por todos los medios escaquearme sin éxito. <br />
<br />
Yo creo que si la gente celebra el bautizo en plan íntimo será por algo. Que tampoco es una cosa de la que deban sentirse demasiado orgullosos, o eso me parece a mi. Así que mis amigos también deberían recapacitar respecto a hacerle esa faena a su hijo, que aún no ha tenido tiempo de pintarles las paredes de su casa, ni hacerse drogadicto ni nada.<br />
El pobre, salvo eso de no dejarles dormir, llorar, oler regular y babear, no les ha hecho ninguna faena. <br />
<br />
A mi esto del bautizo me parece como si yo apunto a <b>Ser Querido</b> a la iglesia de la Cienciología. El pobre gato no se iba a enterar de nada ¿a que no? y no iba a poder defenderse de los señores que vendrán a darle el coñazo y a intentar quedarse con su dinero. <br />
Seguro que si mi gato pudiese hablar, me diría que si quiero meterme en una secta, que lo haga yo, pero que no ande apuntando a los pobres seres pequeños.<br />
<br />
<b>Shaggy</b>, que no ha atendido a mis razonamientos, me ha obligado a comparecer bajo amenaza de estar enfadado mil años... y creedme que lo haría. Shaggy es tan rencoroso que sería capaz de presentarse en el infierno a recordarme que no fui al bautizo de su querido hijo.<br />
<br />
<b>Japileidi</b> es un pelín más comprensiva, y me ha sugerido que si tanto me molesta pasar una tarde campestre rodeada de tanta gente celebrando que Comiño ha ingresado en la secta, que me beba unos vinos antes, para hacerlo más llevadero.<br />
<br />
Más llevadero no sé, pero juro por Dior que estoy tentada de cogerme una cogorza de no te menees para avergonzarlos delante de su piadosa familia. Creo que voy a dejar el vestido en el armario y pedir prestado un chandall con sus buenos dorados para ponérmelo con tacones. Así, mascando chicle y apestando a vino, puedo ir a darle mi opinión sobre la iglesia con mayúscula al señor cura y, si hay suerte, quizás tenga a mi disposición el micrófono de la iglesia durante las lecturas.<br />
Seguro que no me vuelven a invitar a ninguno.<br />
<br />
Ojalá me atreva. <br />
Quizás empiece a fumar para la ocasión, que lo de hablar con el pitillo en la boca también resulta muy <i>trash</i>.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-70861257923819760852011-05-17T16:38:00.000-07:002011-05-17T16:40:02.709-07:00Sobre cerezas y pájaros<b>Ser Querido</b> se ha quedado ciego como un topo ¡Pobrecito mío! Parece que ni con las gafas para gatos que nadie se ha tomado la molestia de inventar lo arreglaríamos. <br />
Como el médico de felinos dice que no conviene operarle de cataratas, estoy haciéndole unos entrenamientos paralímpicos para que cuando <b>Mami</b> y <b>Viejo Pachanga</b> vuelvan de sus vacaciones vean que podemos arreglarnos por nosotros mismos perfectamente, y, así se aplaquen sus instintos asesinos, porque eso de matar a alguien de la familia, yo creo que está bastante feo. Sobre todo si ese familiar es un pequeño ser peludo que nada sabe de que se está conspirando contra su vida y al que nadie ha podido explicar que no es que se nos haya ido la luz... sino que ya puede ir jubilándose de eso de la caza, y que como no aprenda pronto a sortear la piscina me lo veo proclamándose campeón de natación gatuna.<br />
<br />
Como por las tardes voy hasta <b>Villapollo</b> para enorgullecerme de sus progresos y <b>Princesita P.</b> es un ser humano independiente que jamás nos hace partícipe de sus intenciones coincidimos por sorpresa en el hogar paterno. Al contrario que su hermana mayor, ella disfruta con las cosas de la naturaleza obviando que la tierra mancha, que los perros te chuperretean las piernas sin pedir permiso y que el campo, digan lo que digan, huele raro.<br />
<br />
Mientras ella regaba las plantas, yo descubrí un montón de cerezas picadas por los pájaros que habían caído al suelo. <br />
Ya he dicho que odio a los plumíferos, y me encantan las cerezas, así que me parece particularmente injusto que los malditos bichos picoteen la fruta ajena, y me puse a recoger todas las que estaban al alcance de mi mano.<br />
Como soy la más bajita de la familia sin contar con el gato, sólo llego a las ramas de abajo y pedí ayuda a <b>Princesita P</b> para capturar un montón de cerezas coloradas y reventonas que estaban muy altas.<br />
<br />
No podíamos con la escalera, así que mi hermana pequeña sugirió que me subiese al tejado para llegar a las ramas más altas. He de confesar que me surgieron dudas respecto a la conveniencia de la expedición, pero ella me aseguró que los antenistas pululan por los tejados con total naturalidad, y yo no iba a ser menos... así que subí, me descalcé y caminé suavecito por las tejas hacia las cerezas relucientes. <br />
Pedí a Princesita P. que se quedara abajo, por si yo rememoraba mis años de patinaje y era necesario llamar al 112 para asistir mi irresponsabilidad aguda. <br />
Todo iba de maravilla. Alargaba el brazo, tiraba de las ramas e iba cogiendo uno a uno los deliciosos puntitos rojos... hasta que oí un feo crujido bajo mis pies. <br />
Yo no sé si <b>Viejo Pachanga</b> tendrá contadas las tejas... pero dudo que tapar los trozos rotos con unas hojas del cerezo cuele durante mucho tiempo. <br />
Menos mal que es primavera. Confío en que no llueva demasiado... al menos mientras pienso en cómo contarles que me he subido al tejado de su casa para evitar que los pájaros se comieran las cerezas.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-3976749381917886692011-03-14T16:38:00.000-07:002011-03-14T16:38:35.388-07:00La vida disipadaCreo que el mejor de todos los superpoderes es poder parar el tiempo. Yo de eso tempo poco, y necesitaría mucho... y seguro que aún me vendría mejor un poco más.<br />
Tengo una capacidad infinita para llenar mis horas, y sólo me aburro viendo fútbol, por eso no lo veo. <br />
<br />
No tengo que ir a trabajar en unos días y lo estoy disfrutando como un mono del Amazonas al que hayan dejado por descuido en un almacén de plátanos. Vamos, que me he sentado en mi montaña de horas como el tío Gilito y estoy rebozándome en mi tiempo libre muertecita de placer. Tanto, que hasta me he levantado a las 8h para tener más, un poco en modo avariciosa de las horas.<br />
<br />
Tenía uno de esos planes que a mi me gustan: sencillo y eficaz. Quedar con la gente para la que no tengo tiempo habitualmente... y hacía tiempo que no veía a <b>Mulan</b>.<br />
<br />
Quedamos a las 8h para tomar un café y hemos acabado tomando unos copazos a golpe de lunes. Como sólo íbamos a tomar café... y no a cenar... me he venido haciendo unas eses como las vacas del anuncio de "ahora yogourt, ahora postres".<br />
<br />
De camino a mi hogar me di cuenta de que, a pesar de mi montón de tiempo libre, no había hecho la compra... así que tuve que parar en Opencor a coger algo para desayunar. Leche... o algo.<br />
Hacer la compra en el Opencor con Bacardilimonconcola en sangre creo que no es la típica cosa que recomiendan en la asociación de consumidores. Cuando me di cuenta, en vez del brick de leche que necesitaba, me vi haciendo equilibrios por la calle con un montón de pesadas (incluída una bolsa de naranjas de 5 kilos) que me parecía a mi que estaban de oferta.<br />
<br />
Al llegar a mi portal me vi reflejada en el cristal, con los ojos chispeantes y tratando de encontrar las llaves en lo más profundo de mi bolso... porque yo no tendré superpoderes... pero mi bolso por las noches se transforma en el de Mary Poppins y tiene el fondo más profundo que los océanos más oscuros.<br />
Me vi cargada de bolsas repletas de cosas tan útiles para la vida como una caja de gallegas de HelloKitty y un montón de gomas del pelo de colorines... y me hice la pregunta del millón:<br />
¿Cuándo tomar unas copas entre semana deja de ser mogollón de molón para empezar a ser lastimoso en plan Masiel?... <br />
Confío en que me manden una carta certificada a casa o algo para avisarme.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-75422479569524968022011-02-22T14:52:00.000-08:002011-02-22T14:56:13.703-08:00La abusadoraTengo debilidad por la gente mayor. No sé si es por mis abus, que son la cosa más mona que hay bajo las estrellas, pero los viejecillos me parecen, en general, unas pasas adorables.<br />
<br />
Ésta fue una de esas mañanas de <i>correcorrequetepillo</i>, saltando de una cosa a otra como los monos en las ramas.<br />
<b>José Castro</b> presentaba su colección para El Corte Inglés y, como suele ocurrir en estos casos, todo el mundo parecía desearlo, así que lo que habitualmente soluciono en un par de horas, me llevó una mañana de ceño fruncido y suspirillos desesperados.<br />
<br />
Tantas interrupciones no podían traer nada bueno, y acabamos mareados como si hubiésemos tragado suavizante en un viaje en lavadora.<br />
Salimos prácticamente a las tres, con un hambre que ni la ex-cantante de la Oreja de Vangogh.<br />
Cuando ya estaba yo sentadita en el coche, salivando de impaciencia como el pobre perro de Pávlov, el cámara se dio cuenta de que se había dejado la funda del trípode sobre la pasarela.<br />
Para ahorrar tiempo, subí por el laberinto de escaleras mecánicas del Corte Inglés con un plan tan sencillo como aparentemente eficaz: recojo la funda mientras el cámara mete los focos y bártulos variopintos en el maletero, y regresamos pitando a ASV. <br />
La primera parte fue bien, localicé a la jefa de prensa, encontré la dichosa funda... y volví hacia el garaje deprisilla como un yonki sin chandall y sin roña... Hasta que una mano arrugadilla me detuvo aferrándose a mi abrigo de pelexo.<br />
<br />
<i>- Oiga señorita </i>- me increpó- <i>¿Trabaja usted aquí?</i><br />
- No - le respondí de la forma más amable que pude mientras trataba de librarme de su manita ganchuda- lo siento.<br />
<br />
Los enormes anillos dorados de la pasa habían enganchado con fuerza el pelo de conejo y no parecían tener intención ninguna de soltarlo.<br />
<br />
- <i>No importa</i>- se sinceró mientras me agitaba delante de la cara un trapo- <i>Dime qué pone aquí, que yo con estas gafas no veo nada.<br />
</i><br />
Ya, ya, seguro que es cosa de las gafas.<br />
A pesar de que llevaba prisa, y tenía tanta hambre que si la pasa no hubiese tenido una pinta tan rancia el mordería una pata, cerré los ojos y pensé en mi abu. <br />
No creo que ella sea de asaltar a nadie en los comercios, pero tampoco pondría la mano en el fuego por ella cuando anda por ahí suelta, que es muy de confraternizar con todo hijo de vecino.<br />
... Así que cedo. Cojo el trapo que inquieta a la pasa y miro la etiqueta.<br />
<br />
- Cuesta 60 euros, está rebajado en un 30%. No está mal.<br />
- <i>Ya, ya... ¿pero qué talla es? <br />
</i><br />
Suspiro y escudriño de nuevo la etiqueta.<br />
<br />
- Es una M. La mediana.<br />
<br />
La pasa me quita el trapo y se lo pone delante.<br />
<br />
- <i>¿Pero será la mía?</i> <br />
<br />
Suspiro. La miro.<br />
- No lo sé. Pruébesela y así,además de saber si es su talla, verá si le queda bien.<br />
<br />
Los ojillos de la pasa se iluminan. Y sus anillotes dorados se aferran a mi brazo y empiezan a tirar de ellos hacia el probador.<br />
<br />
<i>- ¡Ah! ¡si! Así ya me dices si me queda bien en el vientre.<br />
</i><br />
¿El vientre? ¡Puagh! ¿Se la va a comer? <br />
<br />
- No puedo, lo siento- La pasa tiene una fuerza increíble para tener mil años y medir metro y medio justito - De verdad que tengo mucha prisa. <br />
- <i>Pero si tardo un minuto. </i> - imploraron los ojillos tras los cristales de las gafas.<br />
- Oiga, me están esperando - agobiada, trato de soltar la manita apergaminada de mi brazo, pero la pasa no cede - Pídaselo a una de las dependientas, seguro que ella sabrá mejor que yo qué talla le va bien.<br />
<i>- Noooo, que ellas seguro que me quieren vender algo.<br />
</i><br />
¡Ohhhh! ¡qué raroooo! una dependienta que quiere venderte algo en una tienda ¡qué desfachatez! - pienso yo sin dejar de forcejear para liberarme de la mano opresora.<br />
<br />
- <i>¡Pero si tú seguro que no tienes prisa!</i> -insiste<br />
<br />
Aquí la pasa acaba con mi paciencia ¿por qué los viejos siempre piensan que no tenemos prisa? ¡si son ellos los que están jubilados!<br />
Agarro la mano de la mujer e intento zafarme de ese gancho más propio de un campeón de lucha libre que de una contemporánea de Tutankamon.<br />
<br />
-¿Algún problema?<br />
<br />
Levanto la vista en dirección a la voz y mis ojos se topan con la mirada reprobadora del segurata del Corte Inglés. <br />
<br />
¡Maldita pasa! Creo que el segurata no me ha creído y aún seguirá pensando que estaba abusando a de una vieja para robarle una camiseta de rebajas.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-92225091290367299582011-02-21T12:23:00.000-08:002011-02-21T14:22:04.917-08:00La tonta de la sala de esperaEl día que repartieron la paciencia, yo había faltado a clase.<br />
<br />
Hoy tenía cita con la foniatra. El trato con los señores de las batas blancas no es mi fuerte. Lo saben hasta los monos del Amazonas que no tienen tele ni nada.<br />
<br />
Confío en que <b>Eme</b> no lea esto, porque es mi mejor amiga aunque tenga el defecto de ser médico (¡nadie es perfecto!). Yo opino que los señores de las batas blancas son seres crueles por naturaleza. Algunos gustan de andar con bisturíes, otros te hurgan en los bajos fondos y, encima, te piden que te relajes... y otros disfrazan su naturaleza sádica con especialidades aparentemente inocentes. <br />
<br />
He de reconocer que yo ya voy a las consultas esas un poco reticente. Es como si una oveja pidiese cita para que el lobo se la merendase y, encima, le pagase una minuta ¿cómo no va a entrar con desconfianza en la cueva por <br />
muchos muebles de diseño que tenga en la sala de espera?<br />
<br />
Pues allí me metieron, en una sala de espera diminuta sin ventilación, ni luz natural ni nada que no fuese un bonito color en las paredes y demasiada gente abrigada para ese espacio tan reducido. <br />
Si he de reconocer otra cosa, es que soy muy de ducha diaria. Muy.<br />
Es una manía que me metieron en mi casa de pequeña. Cosas de familia, debe de ser, pero así lo aprendí yo, y por eso soy tan sensible a los humanos que no comparten esos mismos hábitos.<br />
<br />
Tampoco me gusta rozarme con desconocidos (bueno, con muchos conocidos tampoco), así que el hecho de estar en la sala de espera de Pin y Pon me obliga a mantener una extraña postura muy tiesa para que no se me refrote ningún ser humano que no haya sido previamente presentado.<br />
Es muy cansado mantener una pose hierática durante 30 minutos. Más, si el espacio huele como una guarida de leones. Nunca he estado en una, pero sí fui al circo algunas veces y recuerdo perfectamente el olor de las jaulas con los pobres primos de Simba venidos a menos allí recluídos.<br />
Aguantar la respiración todo ese rato me deja agotadilla y se me va recalentando el cerebro.<br />
<br />
Mi cerebro recaliente piensa muchos pensamientos, y ninguno pasa por considerar que, ya que llevo allí media hora, y han tardado 3 semanas de darme cita, puedo quedarme otro ratito de mi precioso tiempo.<br />
Lo que piensa mi cerebro recaliente es que si nos llegan a hacer esperar el mismo tiempo en la Seguridad Social montaríamos unos pollos como para hacer de las granjas avícolas la primera industria del país.<br />
Pienso que si esa señora de la bata blanca me va a cobrar por su tiempo, también he de hacerlo yo por el mío para ser justos. Así que si me quedo más rato allí tiesecita y conteniendo la respiración aún voy a tener que pedirle daños y perjuícios, por lo que es mejor que me vaya.<br />
<br />
<b>HT</b> me ha llamado impaciente y me ha preguntado si me han dado otra cita. Por un momento he dudado sobre si me habré precipitado al salir de aquella clínica como sólo <b>Vivienne Leigh</b> podría haber hecho.<br />
Por un momento me he imaginado a mí misma repitiendo los estiramientos musculares y las apneas cada semana... y creo que no.<br />
Creo que la señora de la bata blanca ha superado con creces los 5 minutos de cortesía, y ella no ha tenido ni el detalle de disculparse por hacerme perder mi valioso tiempo. <br />
<br />
Aún estoy planteándome mandarle mi minuta.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-60395118418232120932011-02-16T11:31:00.000-08:002011-02-16T11:31:13.086-08:00La demoledora realidadEstoy más triste que si se me hubiese muerto Jauma Sanllorente en los brazos sin poder hacer nada por remediarlo.<br />
Me he quedado sin objetivos en la vida. Como una vaca sin cencerro, que diría Chus Lampreave.<br />
<br />
Hasta los monos del Amazonas saben que lo que me hace más ilusión en el mundo es acabar viviendo en mi lo que fue mi guardería. Una preciosa casa de dos plantas, con un mini-jardín en pleno centro de <i>Aldea Sin Vacas</i>.<br />
Mis amigos me han visto perder la dignidad humana agarrada a su verja como un perrillo de esos a los que atan frente a las puertas de un supermercado mientras el dueño hace las compras. <br />
Supongo que hay casas más bonitas, pero por su recia escalera de madera merecería en la pena entregar el hígado. La escalera en la que <b>Hermanilla</b> hacía sus huelgas hasta que consiguió que la "ascendieran" a la clase de 3 años conmigo.<br />
Aún la recuerdo entrando triunfal, con la cara roja como un tomate después de haber montado un zipitostedenotemeneees para que la dejasen subir los escalones castaños.<br />
Sonriente, y aún con los restos de los lagrimones en los mofletes, vino a sentarse a mi lado y se puso a colorear como si no hubiese ganado una de sus primeras y muchas batallas.<br />
Porque <b>Hermanilla</b> siempre se salía con la suya, que para eso era rebelde, mona... y terriblemente cabezota.<br />
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<i>La guarde</i> tenía un jardín de piedrecitas blancas con una casita de tejado inclinado, un tobogán, columpios y un gallinero. Había faisanes, gallinas y pavos, y todos nos entreteníamos metiendo piedrecitas entre la rejilla para "darles de comer". Yo recogía la gravilla, se la daba a <b>Hermanilla</b> y ella, a las gallinas... hasta que la profe se dio cuenta de que <b>Hermanilla</b> aplicaba eficientemente eso de "quien parte y reparte, se lleva la mejor parte" para comerse ella misma las piedrecitas destinadas a los plumíferos.<br />
Y no fue lo único a lo que Hermanilla echó el diente. También al culo de un niño abusón que se había instalado en lo alto del tobogán y no dejaba bajar al resto. <b>Hermanilla</b> siempre fue muy de tomarse la justicia por su mano.<br />
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Hace años que nos hicimos demasiado mayores para aquellos pupitres diminutos, y también hace tiempo que <i>La guarde</i> se quedó vacía. Yo pensaba que estaba esperándome. Que aguantaría hasta que me tocase el Euromillón y pudiese comprarla para vivir allí y ser felíz para siempre con mi Gato.<br />
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Hoy he pasado por allí y la habían demolido. No han dejado ni las escaleras de piedra, ni el ventanal con el banquito, ni el recibidor donde nos dejaba Mami cada mañana.<br />
Parece que van a hacer un "hotelito con encanto". Creo que el encanto se lo han cargado en cuanto el bulldozer atravesó la verja blanca.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-61762996823623946282011-02-14T10:56:00.000-08:002011-02-14T11:07:30.035-08:00Sábado sangrientoIba yo puntual como un relojito suízo en mis preparativos de sábado. Estaba ya vestida y arreglada frente al espejo en el momento control de calidad, cuando descubrí un pelillo milimétrico y traidor en una axila. <br />
Era tan ridículo como los platos de un restaurante de <i>Nouvelle Cuisine</i>, pero hasta los monos del Amazonas son sabedores de mi neurosis... así que me apresuré a coger una maquinilla que tengo para este tipo de emergencias.<br />
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La cosa presumía sencilla. <br />
Ya.<br />
Cojo la maquinilla, retiro la tapa y... ¡Uich!<br />
Una gota de sangre se precipita desde mi dedo gordo hasta mis zapatos.<br />
Miro con disgusto la gota entrometida sobre la punta de mis Pura López...<br />
¡Qué disgusto! era granate, lo juro... y yo que pensaba que sería azul... ¡rosa como mínimo!... y veo caer otra, y otra...<br />
¡Horror! Le había sacado un buen filete a mi pulgar y allí había más sangre que en una peli de Tarantino.<br />
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¡Maldición! ¡Iba a morir sin haber ganado la lotería ni nada! ¡ni siquiera he escrito un libro, ni comprado un Oscar de la Renta, ni ido a Bora-Bora!<br />
Corro por todo el pasillo con el dedo chorreante intentando pensar. <br />
No podía morir sin haber hecho nada importante por la humanidad. Tenía que salvar mi vida.<br />
Marco el teléfono de las emergencias gordas:<br />
- Mamiiiii<br />
- <i>¿Qué te pasa?- </i>Oigo ruído de fondo y a mi padre preguntando quién llama. Mi madre está en un bar ¿Cómo es que mis padres salen más que yo... y ya es decir?-<br />
- Mami. No te asustes. Me he cortado un dedo y sangro mucho. Muchísimo. Esto no para de chorrear. No quiero morir.<br />
- <i>No me asusto</i>- (¿Por qué no? Tu hijita está herida de muerte <br />
¡Finge un poco de preocupación al menos!)- <i>Aprieta fuerte con una gasa, aplícale hielo y levanta el dedo por encima de la cabeza para que pare de sangrar. Después le pones un apósito de los finitos.<br />
</i><br />
Mi madre tiene un aplomo impresionante. Yo al borde de la muerte y ella tranquilamente de vinos. <br />
Tomo nota. Si esto deriva en un trauma de los graves que no se venga quejando.<br />
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Me voy corriendo al congelador y sigo paso a paso las instrucciones maternas. Lloro un poco de pura angustia y llamo a <b>Alegre Kitty</b> para advertirle que llegaré tarde.<br />
Me quedo un buen rato con el dedo en alto y apretando contra un hielo y me alegro de vivir sola porque debo de tener una pinta un poco ridícula.<br />
Estoy cansada de jugar a la estatua de la libertad y pruebo a poner un apósito para poder irme a cenar.<br />
¡Maldición! ¡Más sangre!<br />
Vuelvo a coger otro hielo y recupero la postura de alumna sabionda mirando de reojo al móvil. <br />
Soy impaciente por naturaleza, así que cojo otro apósito, se lo pego muy apretadillo para que pare de sangrar... y me voy a cenar.<br />
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Ceno con las niñas sin quitarle el ojo de encima al dedo amortajado. Sólo por un momento descubro que la sangre baja de la uña, y vuelvo a ponerle un parche.<br />
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Con una capiroska de fresa de La Cavita, todo se ve mucho mejor. Me alegro un montón de no ir a morir.<br />
Después del <i>bacardilimónconcola</i> me olvido del asunto.<br />
Nos lo pasamos bomba con todos los espontáneos que van entrando en escena. Las niñas se van, y yo me quedo cerrando bares con <b>Peterpan</b>. <br />
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Al llegar a casa se me ocurre ser una buena anfitriona para variar, y pongo musiquita buena y enciendo velas. <br />
<b>Peterpan</b> está encantado. Yo canturreando satisfecha.<br />
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Me descalzo y alejo de mí los zapatos.<br />
Mi pie desnudo topa en el suelo con algo raro.<br />
Miro abajo.<br />
El apósito hecho un gurruño y en el suelo hay gotas de sangre.<br />
Miro el dedo, desde el que baja un chorretón por todo el brazo. <br />
¡Maldición! ¡Sangre en mi vestido!<br />
... y en la camiseta de <b>Peterpan</b>.<br />
Jo.Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-79004847387768114142011-01-12T14:12:00.000-08:002011-01-18T13:38:09.114-08:00Un deslizLlevo un día de esos que lo único que me falta es que me atropelle una diligencia, que creo que ya no existen.<br />Tras una tarde de tormenta emocional, vencí la desdicha, me lavé los ojos que se me habían puesto como huevos duros de tanto lloriquear, y quedé con las amiguillas, que son bálsamo para las heridas.<br />Un poco de compras, que siempre es mejor ir a comprar vestidos bonitos que atracar una pastelería, y después tocaba tomar un alguito en la vinoteca a la que vamos siempre.<br />Entró Lu, y la siguió Sargento Tous con paso decicido. Yo, detrás, encaramada a mis Pura López nuevecitos de rebajas, y cargadita con las bolsas de mis hallazgos.<br />Lluvia y zapatos nuevos de suela, mala combinación.<br />ziiiiip <em>(ups, patinaje sobre suelo de tarima ¡mierda!) </em>trato de reequilibrarme pero me resbala el otro pie<br />ziiiiiiiiip, plas, ¡pan! <em>(¡mierda el espejo que acabo de comprar!) </em>¡pum!<em> (ésas eran mis rótulas).</em> <br /><br />Dos guacamayas que estaban tomándose un café en la mesa contigua me ven aletear primero, y aterrizar de morros después.<br /><br />- <em>¡Ay! </em>El chillido de las viejas hace girarse a Sargento Tous, que me ve a cuatro patas y con las bolsas desparramadas:<br /><em>-¿Qué haces?<br />- ¿Qué voy a hacer? Besar el suelo por donde caminas ¿A ti qué te parece?</em><br />Las guacamayas fingen preocupación (sin levantar el culo de la silla, claro)<br />-¿Te duelen las rodillas?<br />- <em>No, el espejo</em> -contesto hurgando en las bolsas para ver si mi espejo superbonitonuevecitodeltrinque ha sobrevivido al traspiés.<br />Sargento Tous parece que también reacciona:<br />- <em>¿Te has hecho daño?</em><br />¿Daño?... veamos: creo que me he torcido un tobillo, me he chafado las rodillas y he hecho un espantoso ridículo en el bar al que vamos siempre...<br />No sé si me duele más el golpe o el orgullo.<br />Podría ser peor. Podría haber sido fin de semana y con algún "ex" delante.<br />Siempre he tenido tendencia a la precipitación...Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-49609417405337066982010-11-30T11:32:00.000-08:002010-12-03T10:46:44.650-08:00Terror en el supermercado (I)Venía apuradilla como un yonqui, pero sin chandall ni mugre, y va, y se me ocurre entrar en el súper porque se me había acabado el Nesquick, y yo, sin mi tazón de leche, no soy nadie en este mundo.<br />Como la sociedad de consumo es así, y los que planifican los supermercados son unos señores muy listos que llevan gafas ya desde pequeños, ya que estaba, fui llenando el carrito sin muchos quebraderos de cabeza. Cinco minutos y dos tabletas de chocolate, un bote de nocilla y unos yogures (desnatados, por supuesto) después, estaba en la cola dispuesta a pagar mis compras y venirme para casa en un volar.<br />Todo iba bastante bien a pesar de que, como suele suceder, me había puesto en la cola más lenta. Una cajera con carita de ratón y gafas enormes luchaba contra los códigos de barras y los botones que la intimidaban para que fuera un poco menos evidente su falta de pericia. Mientras esperaba, me entretenía viendo cómo se embarullaba con las bolsas, enrojecía cuando los clientes resoplaban y ella trataba inutilmente de remangar el enorme polar que le habían encasquetado como uniforme. Estaba yo reflexionando sobre la crueldad inhumana de quien diseña los uniformes de las pobres cajeras de supermercado (un tío feo y resentido al que ninguna mujer ha mirado jamás, por supuesto, que tanta mala baba no puede tener otra explicación), cuando oigo al ratoncillo decir:<br />- No sé señora, yo no sé mucho de detergentes, pero si quiere miramos en la etiqueta a ver qué pone.<br />Miré a su interlocutora y supe que estaba perdida: una señora con pelo-casco y perlas gigantes de mentirijillas más vieja que la mentira. Para colmo, una segunda cacatúa la agarraba "de ganchete" mientras blandía unas empanadillas a la vez que departía animadamente con el ratoncillo sobre lavados en frío. <br />Miré desesperada hacia las otras cajas para tratar de huir, pero sólo otra funcionaba y estaba atascada con un envío a domicilio quilométrico. La cajera lista se huele el pastel y empuña el micro para pedir auxilio:<br /><br />- Señorita Maripuriiii, acuda a caja cuaaatro, por favooor.<br /><br />Y la cacatua de las empanadillas de nuevo a la carga:<br /><br />- Chica, ya que estás, léeme esta etiqueta, que yo aún con las gafas no veo bien.<br /><br />El ratoncillo, colorado como el mismísimo fuego del infierno, cogió la caja que le tendía la cacatúa mientras miraba de reojo la cola que resoplaba como una manada de búfalos.<br /><br />Oh, oh... problemas. <br /><br />(tubicontinued... )Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4397145509094021414.post-38042536176444829802010-05-06T04:45:00.000-07:002010-05-06T04:48:38.378-07:00¿Quién dijo que ser Princesa fuera fácil?Estoy pachucha. Como una planta a la que dejas de regar un mes entero. Me falta el sol y mi garganta es de tomarse las cosas muy a la tremenda, como servidora.<br />Ayer tuve uno de esos días de venir al algodonal como si el <span style="font-style:italic;">Airbus</span> me hubiese pasado por encima. Despeluchada y agonizante, vamos. Eso no me ayuda. Verme en el reflejo de los cristales del coche como si me hubiese caído en un volcán y salido a propulsión me baja el glamour y hasta me sube la fiebre.<br />Hoy, al despertarme, lo primero que noté fue mi garganta reclamando droga dura. Yo me hubiese tomado hasta MDMA, que así seguro que me parecían hasta más simpáticos los <span style="font-weight:bold;">Golfos Apandadores</span>, pero carezco de contactos en el Lumpen y no sé a quien recurrir para estos casos.<br />Está visto que necesito ampliar mi círculo social.<br />Como el médico -raza cruel- sólo me ha dado Ibuprofeno para este tormento, no me queda otra que seguir mis propios métodos. Esto es: hacerme la sueca.<br />Las bacterias nauseabundas que me inflaman la garganta no se contentan sólo con eso, y me ponen el tono de piel como el de la <span style="font-style:italic;">Novia Cadáver</span> ¡Qué contrariedad!<br />Así no sienta bien ni un<span style="font-style:italic;"> Oscar de la Renta</span>.<br />Pues ni hablar. Para eso <span style="font-style:italic;">Clarins </span>ha inventado los exfoliantes y los autobronceadores. Que se chinchen las bacterias, que yo me vengo al algodonal como si hubiese pasado el fin de semana en Capri.<br />Como es un estado de emergencia prescindo de las <span style="font-style:italic;">Pretty Ballerinas</span> y me subo a unos tacones de <span style="font-style:italic;">Pura López</span> que me elevan la moral y, de paso, miro por encima del hombro a <span style="font-weight:bold;">Obi-Wan</span> con más confort.<br />Escojo un LBD de <span style="font-style:italic;">French Connection</span> y una diadema que compré en<span style="font-style:italic;"> Spitafields</span>. Soy una <span style="font-style:italic;">Lady</span> y no hay nada que pueda conmigo.<br />Me subo al coche. No hay ni atascos.<span style="font-style:italic;"> Sidonie</span> a tope y sólo me acuerdo de mi garganta cuando trago, que es como si me hubiese comido uno de esos juegos de cuchillos que venden en la teletienda y cortan hasta las latas. <br />Maldita teletienda. <br />No importa.<br />Subo a la oficina y abro la puerta triunfal. Si hubiese más humo parecería Lluvia de Estrellas.<br />Saludo a la afición:<br /><br />- <span style="font-style:italic;">¡Muy buenos días a todos!</span><br /><br />¿Qué es eso? ¿Dónde está mi voz? ¿Habré sido abducida por Pilar Bardem?<br />Mierda.Unknownnoreply@blogger.com2