miércoles, 17 de junio de 2009

Las chicas de la Cruz Roja versión 09


No siento el brazo… o más bien, lo siento dolorido y anquilosado. El romanticismo está bien… pero para las películas. En la vida real deberían prohibirlo por ley. Es más, la constitución debería recoger, junto con la libertad religiosa, el derecho a ser ásperos a voluntad, y penar cualquier intento de extorsión al respecto.

Ayer, después de comer, empecé a encontrarme mal, con un montón de mocos luchando por hacerse con el control de mi cerebro. No sé quién ganó la batalla, pero tuve que llamar a Mulan para cancelar nuestras cañas y tapas de después de trabajar.
El plan era simple y eficaz: ir a casa, tomar una couldina preventiva, proveerme de dos millones de kleenex, poner Milagro en Milán y esperar pacíficamente a que mejorase el resfriado… o viniese la muerte piadosa y me llevase con ella.
Acababa de salir el bueno de Totó del orfanato cuando empezó a sonarme el móvil. Heathcliff:

- Oddaaa – le digo intentando compensar con el tono la voz de Blandiblú.
- ¿Qué te pasa?
- Do sé si es aledgia o catado. Ub boco bachucha bada bás.(moooc, flips, flips, flips…)
- ¿No habías quedado con Mulán?
- Sí, pero do aplacé
- Ay pooooobre – Heathcliff es muy cariñoso, y eso es agradable - ¿Quieres que te lleve algo?
- Do, bracias, tebgo Couldina, ub borrillo de pañuelob y ub DVD (moooc, chuic, chuic, flips, flips)
- Y tiramisú ¿no me habías hecho el tiramisú?
- Si, ebtá ed la deveda (moooc, snif, snif)- El otro día, Heathcliff me llevó a cenar a un sitio que me gusta mucho, a cambio de que le hiciese un tiramisú esta semana – Do que pasa ef que hacía mucho tiebpo que do lo hacía, ya de lo advedti (moc, snif, snif). Edta ub boco chuchurrío. Creo que eb bejor que de haga otro otro día.
Heathcliff se ríe, porque piensa que bromeo, pero lo cierto es que el otro día hice un estropicio monumental.
- Seguro que está perfecto, que eres una quisquillosa ¿Quieres que vaya a cuidarte y nos comemos ese tiramisú?
- Dooooo. Ebstoy bien, de vedad - ¡Alerta, alerta! Intruso intentando acceder al área restringida – Do te pdeocubes.
- Sí, de maravilla. Seguro que no has cenado
- Eds tdemprado aún. Duego tomo adgo – La conversación estaba empezando a tomar unos derroteros que no me gustaban nada.
- De eso nada. Me paso en un momentito por Teletortilla y cojo una con cebolla
Hethcliff sabe que tengo debilidad por la tortilla. Nunca digo que no a una tortilla de patata. Comería tortilla todos los días de mi vida. Pega con todo. Una maravilla. El mejor invento de la humanidad.
Sin embargo, aborrezco que me vean en estados calamitosos, y es un momento de auténtica indignidad personal.
- ¡Doooo! –moc, moc, fips, flips- De lo digo eb sedio… Do bebgas, pod fgavod –snif, flip, flip.
- Que no te preocupes, pequeñita. En nada estoy ahí.
¡Y tanto! Heathcliff conduce como un diablo.
-Doooo. –Moooc, Moooc- Do be apetece que vengas. – snif, snif, flip, flip- Edtoy bebfectamente.
- Que sí, voy ahora. Un beso
Y me cuelga.
¡Aghhh! ¿qué parte del No no entiende? ¡No es una palabra que se entiende fácil!
No se lo digo por no molestar, a mi no me importa molestar. Lo digo porque quiero estar sola.
Tengo la nariz roja, la mente confusa y el glamour bajo ¡necesito intimidad para este deshonroso trance!
Me sueno por vez un millón, y voy urgentemente a tirar todos los kleenex usados. Me miro al espejo: menos mal que llevo un palabra de honor de Purificación García que es muy bonito y me sienta la mar de bien… aunque parezco la hermana narizotas de Fofito. De tanto sonarme estoy empezando a pelar… voy a echarme un poco de sérum reparador de Clarins, que es mágico.
¡Maldita sea! ¡Con lo bien que estaba yo agonizando en el recogimiento de mi hogar!
Como imaginaba, Heathcliff llega a mi casa antes de que consiga decidir si me peino un poco o me quedo en plan niña salvaje. Abro la puerta, y Heathcliff me da un abrazo y un beso en el pelo. Como le quedo por debajo de la barbilla ha cogido esa costumbre que, en general, está bien, pero que en mis circunstancias actuales me obligan a tener cuidado para no moquearle la camisa.
- Te traigo tortilla de patata y unas croquetas.
- Gdacias – se lo digo sinceramente, porque la semana pasada intentó hacer la cena y por poco tienen que venir a rescatarnos los bomberos.
Heathcliff es muy atento, yo reconozco que soy un poco roñica y celosa de mi intimidad. La verdad es que cortó muy bien la tortilla, y por momentos podría decirse que hasta logré apreciar un poco el sabor y todo. Alabó mucho mi proyecto de tiramisú y preparó el café prácticamente solo. Una tontería, porque al no saber dónde tengo las cosas, tuve que levantarme ochocientas veces a supervisarlo todo… pero supongo que es un gesto muy bonito y cargado de buena voluntad.
Como no es muy de pelis antiguas, dejé que viese El Internado apaciblemente, mientras yo me limpiaba los mocos y confiaba en que Martiño Rivas se quitase la camiseta, que lo hace con frecuencia y es lo único que me gusta de esa serie.
Después volvimos a tener un tira y afloja porque yo prefería dormir sola, y él dale que se quedaba a cuidarme. Él es obstinado, y yo una floja, así que se quedó.
Yo duermo bien, pero estaba preocupada por aquello de no despertarlo en plena noche con el ruido que hago al sonarme… así que me sonaba bajito: pff, moc, moc, flip
Y vuelta: moc, pff, pff, flip, flip… cuando de pronto el rugido de un león me hizo pegar un respingo ¡menuda manera de roncar! Probé a darle un empujoncito, intenté moverlo, taparle la nariz… pero dormía como un bebé (de oso, claro). Como yo, una vez dormida, es complicado despertarme probé a cerrar los ojos y ya estaba empezando a quedarme frita cuando ¡Zas! Heathcliff me echa el brazo por encima y me atrae hacia él con fuerza … y así se quedó. Yo intenté zafarme, pero fui incapaz de moverme de allí sin despertarlo… así que esta mañana me desperté con el brazo agarrotado y el hombro derecho semi-paralizado y dolorido.
Heathcliff, que es una persona maravillosa y básicamente feliz, abrió los ojos muy contento:
- Buedos días.
- Buenos días – le respondí aún un poco aletargada- ¿qué te pasa? ¿tienes mal la voz?
- Do –snif- padece que me has pegado ed cataddo ¡qué gracia! ¿do? Edta doche me vas a tened que cuidar tú a bi.

¡Pues sí que estamos bien! A ver cómo le digo que hoy tengo que quedar con Mulán sin falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario