sábado, 8 de octubre de 2011

La hija de la evolución se transforma en madre

Ser hermana mayor implica muchas responsabilidades. Hermanilla y Princesita P no lo entienden, pero es porque ellas llegaron luego y se perdieron el capítulo. Por ejemplo, ahora Princesita P y su Novio han decidido ser padres. Ellos se han quedado embarazados y yo preocupada. Es lo que tiene.



Mis padres están esponjados como pollitos con eso de ser abuelos. Viejo Pachanga se ha puesto un poco rallante con que se tienen que casar, pero la verdad es que nunca le prestamos mucha atención. Y no es que mi padre sea cristiano ni nada, que en mi casa, como dice mi abu, somos animalitos sin alma. Vamos, ateos o agnósticos, según el caso. La cuestión es que Viejo Pachanga no creerá en Dios, pero sí en los papeles, y no quiere verse de abuelo soltero o algo. Además, lo que sí somos es muy de celebrar, e imagino que le dará rabia perderse su Gran Momento Padrino, ya que como Hermanilla y yo nos hemos echado a perder, no va a tener mucha más oportunidad el pobre.

A lo que iba, que me disperso como la población rural. Yo ya he advertido a los emocionados Proyecto de Padres que no estoy preparada para ser tía. Si pudiera amarrar a Princesita P al columpio, para que dejase de crecer como una zanahoria juro que lo hacía. Pero no, ella está empeñada en hacerse mayor y matarme a disgustos.

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