jueves, 14 de enero de 2010

Gore Actually

Estoy un poco sensible con el tema de los bebeses, yo lo sé, pero es que las cosas que me pasan no me ayudan a desarrollar mi instinto maternal. Es más, cada vez estoy más convencida de que todo esto es una conspiración de Dodott o de cualquier marca de alimentos para esos seres diminutos. Supongo que no contra mi específicamente, pero como me resisto… pues se ceban.

He vivido la Pesadilla de Navidad de Burton, pero en vez de esqueletos yo veía cigüeñas amenazadoras y barrigotas gigantes. Al habitual desfile de primos renacuajos, hijos de mis amigas, sobrinos de mis amigas y otros seres pequeños que, como el Almendro, parecen estar hasta en la sopa por estas fiestas,se ha sumado la experiencia más terrorífica que he tenido nunca: el acoso de un embarazador vocacional.

Nunca sospeché cuando divisé al Bellísimo tomándose una copa en Garoa que pudiera pertenecer a esa secta tan cruel. El Bellísimo, además de llamativamente guapo, parecía divertido y cosmopolita. Los guapos siempre parecen un poco chulitos, pero éste se mostró encantador y aparentemente sensato… así que yo estaba esponjada como un pollito.
Al principio fue bien y, aunque yo estuve liada toda la semana, me encantó que me mandara un montón de mensajitos, me llamase por las noches y que me invitase a cenar.
Las primeras alarmas se me encendieron durante esa cena, con declaración incluída, en la que aprovechó para decirme que en un año quería formar una familia conmigo. Como él me sonreía como si fuese la cosa más normal del mundo, yo me lo tomé a broma:
- Yo es que ya tengo una familia, y ya me dan bastante lata.
Él me miró como si estuviese ofreciéndome a regalarme un millón de Euros y me cogió la mano.
- No, en serio. Me gustas mucho y serías la persona perfecta.
Se me congeló la sonrisa y me sentí como si hubiese ido en bañador a una entrevista de trabajo. Me solté de su mano y me vacié la copa de Mar de Envero de un viaje.
Necesitaba ganar tiempo ¿Sería una cámara oculta?
No, tenía que estar bromeando.
- Pues vaya ojo que tienes. No me gustan los niños… y tampoco los perros (por si acaso eso de la familia incluía un chucho y paseos en bicicleta los domingos).
- Bueno, lo del perro lo podemos hablar – dijo riendo.
Como se reía, yo también. Era una broma. Tenía que serlo… y nos fuimos de copas.

Al día siguiente me propuso ir al cine, y yo siempre estoy a favor de eso, así que me leyó la cartelera por teléfono. Navidad. Películas infantiles a tutiplén y me suelta:
- Bueno, si quieres vamos a ver una de éstas y así practicamos para cuando llevemos a nuestros niños.
Yo me reí porque estaba convencida de que era broma. Juro que pensé que era como cuando yo digo que cuando sea Princesa voy a prohibir los leggins (que me parecen de un mal gusto terrible). Nadie se puede tomar en serio eso ¿o si?
Por si acaso, fuimos a ver otra cosa y nos lo pasamos la mar de bien.

Ya me dejó un poco más perpleja cuando, hablando de viajes, de los sitios que queríamos conocer y las cosas que nos quedaban pendientes me espetó:
- ¡Ah! ¿sabes que quiero que hagamos?
- ¿Ir a ver un partido de la NBA en Nueva York? – esto me hace ilusión, francamente, pero él se rió.
- No, ¡qué tonta!, cuando estés embarazada quiero hacerte unas fotos…
¡Aghhhh! ¿Embara quéee?
Juro que la sangre dejó de circularme por el cuerpo. Se paró y se congeló.
- Bromeas ¿no?
- No, claro que no. Tengo un amigo que es fotógrafo y van a quedar preciosas. Me hace mucha ilusión ¿te da vergüenza?
- No… vergüenza no. Miedo y un poco de grima sí. Al embarazo me refiero, no a las fotos.
Él se quedó preocupado
- ¿Es por lo de perder la figura?
Yo pestañeé, perpleja
- ¿Qué figura? Es por la sangre y los líquidos viscosos, por el dolor inhumano y por tener que dilatar como para poder expulsar una cabeza del tamaño de un melón de mi cuerpo.
Él se rió:
- ¡Qué graciosa eres! ¡Un melón!
Siguió riéndose. Me cogió del hombro y se echó a andar medioarrastrándome porque yo seguía como paralizada. Se volvió a parar y me dijo:
- Pues tenemos gemelos y así te ahorras pasar por eso más veces.
Caminó contento como si le hubiesen contado el mejor chiste del mundo, pero ahí yo empecé tener miedito. Si no fuera porque una tiene su dignidad, me hubiese meado allí mismo.
La cosa empeoró cuando empezó a mencionarles de pasada a mis amigas aquella cosa de nuestros hijos imaginarios, pero cuando me contó que se había comprado una cometa me caí de culo.
-¿Una cometa? ¿Para qué?
- Quiero enseñarle a volar la cometa a nuestro hijo. Mi abuelo me enseño a mí y se me da muy bien.
El Bellísimo es muy guapo, dolorosamente guapo. Además, es inteligente y buena persona, pero aquello estaba dejando de ser divertido.
La víspera de Fin de Año, hablando del ajetreo de las navidades y de que aún no tenía comprado los regalos de Reyes, me miró como un niño de Etiopía miraría a un chuletón, me puso una mano la barriga y me dijo:
- Voy a plantar aquí mi semilla.
¡Mátame camión! ¡Atropéllame automóvil! Aquello no podía ser cierto. Me puse seria:
- Oye, que no soy una maceta.
Él se quedó como si le dicen a Paris Hilton que se ha arruinado.
- ¿Por qué te enfadas? Es muy romántico esto que nos está pasando
Yo no sé a qué se referiría con lo que nos estaba pasando. Lo único que sé es que a mí, en vez de romántico, me parece gore.
No dije nada, porque ya teníamos las entradas de Fin de Año y sería un poco desconsiderado por mi parte, pero el día uno lo dejé. No había otro remedio.

6 comentarios:

  1. Uf, neni. ¿Estás segura de que no era un alien que quería "plantar su semilla" y apoderarse poco a poco del planeta? O peor aún, el Anticristo en plan "La semilla del diablo". Por diox, cielo, vas a tener que seleccionar mejor tus ligues....
    Bicos mil
    (Su)

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  2. Eso mismo pensé yo.
    Me veía como Mia Farrow con aquella bestia peluda en un Maxi-Cosi de esos...

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  3. JAAAAAAAAAA
    Yo pienso que alguien te la ha jugado contratando un actor para encarnar tu peor pesadilla. O eso, o se había hecho la vasectomía y quería follar una temporada a pelo. No sé cual de las dos ideas me seduce más, pero como no creo en el Karma...

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  4. ¡Pero qué bruto eres, Dior mío!
    De buena me libré... el superplan era ir a visitarte a tu pueblillo antes de Reyes. Aquello podría haber sido como la colisión de dos trenes!!

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  5. ¿Con él?Se le iba a caer la babilla viendo pasar carricoches por todos lados...

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